Huida express (Kane y Kaleb)

Recuerdo del primer mensaje :

No me detuve cuando dijo aquello de "las damas primero" más que nada porque, fuese dama o no, lo último que me apetecía era quedarme más tiempo en aquel almacén así que, con las mismas, me adentré en el interior de los túneles ayudando a Kane a bajar al guardia inconsciente.

- Va a ser un lastre, Kane, solo ha sido una pelea, no se cómo van a saber que se trata de ti y no de cualquier otra... - me callé en cuanto se me resbaló el agarre de aquel hombre, lo que provocó que se comiese el suelo... menos mal que seguía incosciente - ... persona - concluí muy digna indicándole a Kane que cerrase la trampilla tras él.

Cogí la linterna que él le había saqueado al pobre guardia y le enfoqué la cara al mismo, estaba hecho un cuadro. Torcí el gesto por aquella visión, no era partidaria de todo aquello pero sabía que iba a ser mi pan de cada día en cuanto comenzase a llevar a cabo mis planes de venganza y mejor acostumbrarse de esta manera y no de otra.

Enfoqué con la linterna hacia el túnel que se cernía ante nosotros, era exactamente igual que el que había recorrido el día anterior con Kaleb, ¿y ahora cuál era el plan? Supuse que andar y andar hasta dar con algo seguro solo que aún no sabía qué podía suponerse seguro al lado del psicópata rubio. Me giré hacia él con una mano sobre la cintura y lo enfoqué, aposta, directamente en la cara con el haz de luz.

- Y ahora... ¿Algún sitio en especial al que ir? - él no se pero yo no tenía ni idea de a dónde podían conducir aquellos túneles.

Se oían pasos sobre nuestras cabezas, lejanos y amplificados por culpa del eco de allí abajo así que igual lo más sensato sería primero alejarse y después pensar.

Observé de reojo como Kaleb cogía el arma y se dirigía hacia la trampilla, supuse, que no para hacer ninguna imprudencia. Me giré de nuevo hacia Kane y no pude evitar una sonrisa algo arrogante al escucharle tantas preguntas seguidas de ese estilo.

- Viejos amigos - tuve que reprimir un comentario del tipo "Vaya, no sabía que te interesase tanto" más que nada porque vi como el muy imprudente intentaba levantarse provocando el consiguiente mareo que hizo que, automáticamente, lo agarrase para evitarle caer al suelo. Lo miré como una madre que estaría a punto de regañar a su hijo y chasqueé la lengua - Si quieres irte eres libre de hacerlo pero no utilices de excusa los problemas que dices que puedes ocasionarnos, ya los tenemos, con o sin ti así que... - y si alguien me pregunta, negaré rotundamente haber dicho las siguientes palabras - Podrías quedarte el tiempo justo hasta saber que ninguno corremos peligro... Además, me quedaría bastante más tranquila - concluí al tiempo que le señalaba brevemente su hombro con una de mis manos.

Lo miré, sin ningún tipo de reproche, indignación fingida o tonterías típicas mías, a los ojos y me arrepentí de lo que acababa de decir. Esas palabras sacaban a la luz una Eve que no quería que nadie supiese que existía así que tendría que arreglarlo.
Desvié rápidamente la mirada y me acerqué hasta el marco de la puerta del congelador, sin abandonar todavía la estancia, para ver si oía o veía algo proveniente de Kaleb. En realidad era por perder lo justo el tiempo para poder pensar en mi siguiente comentario elocuente pero, la verdad, no sirvió así que me resigné y volví hacia la mesa en la que había dejado apoyado a Kane.
Me puse a su lado y, con algo de impulso, me senté sobre ella apoyándome con los codos sobre mis propias piernas.

- Es buena gente - dije, sin previo aviso, refiriéndome a Kaleb - Además, creo que ambos podríais hacer buenas migas, me parece que os moveis por los mismos principios... - dejé caer como quien no quería la cosa. Así, de interesarle a Kane, me aseguraba que éste no se movía y que no correría demasiado riesgo por la herida, y Kaleb podría encontrar la horma de su zapato en cuanto a chanchullos se refería. Todos contentos.

Estaba con la oreja pegada a la puerta que daba a los túneles, intentando oír si el eco devolvía información sobre si los reguladores/policías seguían en los túneles, que seguirían, obviamente, pero a lo mejor estaban lo bastante lejos como para llevar a Kane a la salida más cercana e Eve y yo, irnos a la entrada que había a mi casa desde los túneles.

Rodé los ojos cuando oí a Eve decirle a su amigo que yo era buena gente y que podríamos hacer buenas migas, la idea no era mala sino fuera porque Kane ahora no era bien recibido en ninguna parte, aunque tener alguien que me cubriera las espaldas no estaría mal y yo también podía echarle una mano a él.

No era santo de mi devoción por el momento, pero tenía socios a los que odiaba más y por razones más importantes. Aunque eso jamás lo diría.

Subí las escaleras y volví a pasar los cerrojos a la trampilla del congelador - No se oye nada... aunque seguro que siguen ahí, pero en algún momento tendremos que salir de aquí - miré a Eve - ¿Qué le estabas diciendo? - le pregunté, refiriéndome a lo que me había parecido oír.

Rodé los ojos cuando escuché a Rose decir aquello de que se iba a quedar para asegurarse de que yo no corría más peligro, ni que fuese una niña pequeña que necesita protección de adultos para poder salir ilesa de cualquier situación. QUise responderle pero entonces llegó Kaleb tras el oportuno comentario de Kane sobre que fuese olvidándome de que ambos pudiesen hacer "buenas migas".

Negué con la cabeza en dirección a Kaleb, en respuesta a su pregunta - Nada importante - y me bajé de la mesa en la que me había sentado segundos antes. Rehuí mirar a ambos y me acerqué de nuevo hacia la puerta por la que había salido y entrado Kal - Habría que ir pensando entonces como salir de aquí, no quiero meterte en más problemas - concluí dirigiendo la mirada hacia Kaleb y haciendole ver que no mentía.

Miré a Kane y en el fondo me dio rabia que se cerrase tan rotundamente a siquiera conocernos - ¿Qué vas a hacer entonces? - claramente sería bastante estúpido por su parte arriesgarse a huir con el hombro en aquellas condiciones pero si no quería continuar mucho tiempo más allí con sí mismo , habría que respetarlo.

((OFF: Me tengo que ir del foro porque no tengo tiempo para dedicarle lo que se merecen a Kaleb y Seth así que... bueno ya lo veréis))

No estaba prestando atención a lo que estaban diciendo, la verdad, yo no necesitaba tratos con más gente de la necesaria y el tal Kane, era más de lo necesario, ya tenía de mi parte a una curada y uno de los doctores, no necesitaba más gente que me pudiera joder.

Estaba a punto de contestar a la pregunta de Eve cuando se me heló la sangre. Empujé a Eve para que se adentrara más en la nevera cuando empecé a oír los golpes en la puerta y antes de darme cuenta los reguladores habían echado la puerta a abajo y me miraban... bueno, con ganas de matarme, eran reguladores al fin y al cabo.

Me cogieron de cualquier manera y sin hacer preguntas y me sacaron a los túneles a empujones, era lógico que después de haber barrido la zona de los túneles donde deberían estar Eve y el otro teniendo en cuenta que uno de ellos estaba herido, se hubieran puesto a buscar por las puertas que daban al túnel y tarde o temprano darían con la única que estaba cerrada. Vi como no se conformaban conmigo y seguían hacia las escaleras, en nada encontrarían a Eve, o la puerta de la nevera abierta y no dejarían de buscarla.

- ¡Venga! La pelirroja esa y su amigo tienen que estar aquí

- ¡EH! - les dije con decisión y sin pensar demasiado la que estaba tomando yo - Ahí no hay nadie más. - me planté delante del que los estaba guiando - Ningún mutilado va a poner ni una sola pezuña en mi propiedad - le escupí con odio.

- ¿Y quién lo dice, maldito enfermo? - me replicó con el mismo odio.

- Jack Frost - la cara le cambió y en una milésima de segundo le cogí la pistola de que cartuchera debajo de la cazadora y disparé a quemarropa, disparé a otro pero no me quedé a ver los resultados, había captado su atención y ahora me perseguirían a mí. Eve podría salir por la puerta de la nevera y yo... tendría el final que llevaba 4 años temiendo y esperando a la vez.

Llevaba corriendo unos metros por el túnel principal cuando.

¡BANG!

El sonido resonó por las paredes y el dolor se extendió por mi cuerpo desde el costado y me hizo caer al suelo. Los oí acercarse lentamente, riéndose, estaba de espaldas pero me iluminaron con la linterna, lo justo para ver que seguía vivo.

- Venga... mátalo y que se acabe esta mierda - dijo uno de ellos.

- No, va a morir aquí como la rata que es - levantó la pistola y me pegó un tiro en la rodilla, con eso sí que no iría a ninguna parte por mí mismo. El dolor me estaba cerrando el campo de visión mientras esos dos se alejaban y me dejaban allí.