Castin para Charlotte H. Wolf

✖ Prueba de Rol

Aunque la hora de la cena jamás había sido el momento favorito de Charlie, ahora se estaba convirtiendo en una especie de tortura. Su padre era un padre genial y nada pudo con eso. Pero el que estaba ahora, sentado frente a ella comiendo como si nada estuviese ocurriendo, como si nada hubiese ocurrido jamás, como si todo siguiera del mismo modo que antes, ese no era su padre. Eso solo era la caparazón de lo que solía ser.

-Mañana es el cumpleaños de mamá.-Comentó la pelirroja mientras con su tenedor intentaba pinchar algo en el plato, antes de llevárselo a la boca alzó la vista para ver la reacción de su padre. En realidad la no reacción de su padre, la inexistencia total y completa de sentimientos. El recuerdo de su madre no le evocaba ningún tipo de sentimiento a Charles, no recordaba el amor que le tenía ni el dolor que le había causado su repentina, cruel y demasiado injusta muerte.

-Maddison está muerta, Charlotte. Los muertos no cumplen años. Sería el aniversario de su nacimiento.-Tragó lo que estaba en su boca y nuevamente volvió a mirar el plato en busca de algo más, parecía comer sin siquiera sentir los sabores, sabía que su padre seguía teniendo la capacidad de sentir los sabores en su boca, pero ahora no le interesaba hacerlo en lo más mínimo, no demostraba interés especial por nada. Era como una máquina, un animal: solo se alimentaba, descansaba y trabajaba.

Ahora más que nunca creía que la capacidad de amar era lo único que separaba a las máquinas y los animales de los humanos. Un humano que no siente amor no padece, cómo podría padecer la pérdida de algo algo a lo que jamás le tuvo aprecio. Y alguien que no ama ni padece, entonces, no es humano.

-Ya no tengo hambre.- Charlie apartó el plato de comida frente a ella,tomó la servilleta y se limpió la boca con cuidado, bebió un poco de agua y se levantó de la mesa. Entendía que discutir de aquello con aquel desconocido que alguna vez fue su padre solo sería una perdida de tiempo y últimamente el tiempo se estaba convirtiendo en algo importante.

Su padre no iba a reprocharle nada, porque si ella no tenía hambre entonces no tenía por qué comer, no iba a obligarla a hacerlo, pero antes si él hubiese sentido una gota de amor por ella entonces le hubiese preguntado por qué no tenía apetito, cómo se sentía, y en primer plan no hubiese respondido aquello, porque si hubiese sentido una gota de amor por ella entonces no hubiese lastimado sus sentimientos. Pero al contrario de lo que pensó su padre habló.

-No te preocupes hija, cuando seas mayor todo será más fácil. - Charles volvió a servirse de la fuente de comida en el centro de la mesa. Le sonrió y la dejó salir de la habitación.

Nunca creyó que tendría tanto miedo a ser "grande" o "mayor". De pequeña siempre soñó con el momento en el que iba a convertirse en alguien mayor, iba a poder tener responsabilidades, un auto, un novio, vivir sola tal vez.Pero ahora no quería bajo ningún concepto cumplir veintidós años.No quería ser otro caparazón, otra armadura caminando por la vida. No quería convertirse en un animal o una máquina más. No lo iba a permitir.Estaba segura, por más que su padre lo negara, que afuera en algún lugar había gente que pensaba igual que ella. Sabía que en todos los aspectos de la vida había adherentes, y opositores,esta no podía ser la excepción.

No tenía idea de como,pero se las arreglaría para encontrar esa gente y evitar convertirse en lo que se había convertido su padre. Le iba a doler demasiado alejarse de él, era lo único que tenía, pero se sentía como si ya se lo hubiesen arrebatado en realidad.

Caminó hasta la habitación, que se había convertido en una especie de refugio últimamente, antes no solía pasar mucho tiempo allí, le gustaba estar más tiempo afuera, paseando, con amigos, pero eso ya no era lo mismo de antes,no desde que su madre había muerto, nada es igual para ella desde ese momento.No es que hubiese dejado de concurrir a sus amigos,no es que hubiese dejado de divertirse, pero todo ahora tenía un significado y un valor muy diferente, porque de repente, un día,podía levantarse y ser incapaz de amar a alguien y lo peor es que ella sabía exactamente qué día sería.

Charlie, después de todo era una niña,una niña que de manera horrible y desafortunada había perdido a su madre hace demasiado poco, pero no era del tipo de personas que sentían lastima de si mismas, más bien era del tipo de personas que rápidamente aprendía de los golpes para poder avanzar y escalar más alto la próxima vez. Pensaba que para su buena suerte ella aún podía amar, y las personas que ama son como el suelo, cuando uno cae sobre el suelo puede apoyarse en e él para volver a ponerse de pié, en cambio, sin suelo uno simplemente cae infinitamente. No se imagina una vida sin suelo donde caer.

Su madre era su suelo, su padre,su mejor amigo. Pero además su madre era su héroe, y sabía que ella se hubiese enojado si simplemente aceptaba lo que los demás decían y se unía a la corriente por facilidad.;Maddison siempre fue de las que lucharon contra la corriente cueste lo que cueste, y ella había heredado mucho de eso.

Finalmente, en su habitación, tomó su teléfono y marcó el número de la única que a pesar de su inmensa terquedad e idiotez sabía cómo hacerla sentir bien.