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Living a Bad Day || {Mikhail}
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Living a Bad Day || {Mikhail}
Caminaba por el campus haciendo resonar sus botas de tacón. Hacía un día lluvioso y desapacible en Portland y la rubia acaba de salir de uno de los primeros exámenes del año, estaba trementamente enfadada y decepcionada consigo misma, el examen no había sido del todo difícil pero ella no estaba segura de que aquella nota contara entre más normales en su media. Detestaba fracasar de esa manera, sus padres eran tan perfectos en todo lo que hacían, la igual que sus hermanos, que ella se ponía muy nerviosa ante la perspectiva de no poder estar a la altura.
Llevaba su melena en una improvisada coleta, para que no se el erizara demasiado el pelo con el ambiente húmedo de lluvia que había estado repiqueteando todo el día. Los libros sujetados por su manos ya aferrados al pecho mientras corría al aparcamiento en busca de su coche. - ¡Vaya día de mierda!. - masculló entre diente, siempre sonriente y delicada, cuando Leah decía palabrotas quedaban bastante raras, como si intentara hablar en otro idioma sin conocerlo de verdad.
Trató de equilibrar sus libros en una mano para buscar las llaves de su coche en el bolso con la que ahora quedaba libre. No las encontraba, y es que hoy ese viejo dicho que que todo era susceptible de empeorar parecía que se hacía realidad hoy sobre su persona. Enfadada, dio un tirón al bolso y todo ocurrió como una reacción en cadena. Uno de los tacones de su bota se enganchó en un pequeño boquete del suelo, haciendo que se separara del zapato, con todo esto sus libros acabaron en un charco en el suelo.
La muchacha soltó un suspiro de resignación y se sentó en el suelo, mojada por la lluvia y las saplicaduras de sus libros en el charco. Cuando notó que alguien hacía presencia delante de ella alzó la cabeza para murmurar - ¿Y ahora que...?.
Llevaba su melena en una improvisada coleta, para que no se el erizara demasiado el pelo con el ambiente húmedo de lluvia que había estado repiqueteando todo el día. Los libros sujetados por su manos ya aferrados al pecho mientras corría al aparcamiento en busca de su coche. - ¡Vaya día de mierda!. - masculló entre diente, siempre sonriente y delicada, cuando Leah decía palabrotas quedaban bastante raras, como si intentara hablar en otro idioma sin conocerlo de verdad.
Trató de equilibrar sus libros en una mano para buscar las llaves de su coche en el bolso con la que ahora quedaba libre. No las encontraba, y es que hoy ese viejo dicho que que todo era susceptible de empeorar parecía que se hacía realidad hoy sobre su persona. Enfadada, dio un tirón al bolso y todo ocurrió como una reacción en cadena. Uno de los tacones de su bota se enganchó en un pequeño boquete del suelo, haciendo que se separara del zapato, con todo esto sus libros acabaron en un charco en el suelo.
La muchacha soltó un suspiro de resignación y se sentó en el suelo, mojada por la lluvia y las saplicaduras de sus libros en el charco. Cuando notó que alguien hacía presencia delante de ella alzó la cabeza para murmurar - ¿Y ahora que...?.
Leah V. Capadoccia- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 26/09/2012
Edad : 31
Re: Living a Bad Day || {Mikhail}
Tomó la mano del hombre que tenía delante, apretándola ligeramente durante unos escasos segundos, mirando directamente a sus ojos marrones sin mediar más palabra, sin mostrar ningún tipo de sentimiento, para después soltar su mano, darse media vuelta e irse de aquel despacho. Le venían recuerdos fugaces de los años en los que había estado en esa universidad estudiando no hacia tanto; no podía decir que hubiera sido una época buena o mala en su vida, simplemente no había sido muy importante en su vida. Muchos de los que estaban en la universidad habían sido curados ya y a Mikh también, aun que la cura no hubiera hecho precisamente su efecto. No sabía cuantos eran como él, a cuantos la cura no les había hecho efecto y podían sentir todo como antes, pero si querían seguir así tenían que mentir tal y como Mikh hacia, por lo que en la universidad no llegó a conocer a nadie, no hizo buenos amigos, ni pasó grandes experiencias; solamente imitó ser alguien curado.
Descendió las escaleras para llegar a la planta de abajo, apartándose cuando grupos de gente pasaban a su lado con libros y carpetas, estudiantes que les deba igual el castaño que pasaba a su lado. Se podía escuchar la lluvia que caía fuera; para Mikh no era precisamente un día muy bonito, el sol escondido tras las nubes negras y la lluvia cayendo sin parar, era un día para estar encerrado en casa y no salir, pero no había podido hacer eso. Aquella mañana su padre le había mando ir a la universidad a entregar unos documento a un profesor de la universidad; el día anterior ninguno de los dos había ido al consejo y les dieron el informe, las decisiones que tomaron o lo que han pensado hacer. Si, por sorprendente que pareciera el joven Mikh estaba en el consejo y encima no estaba curado. Si alguien se enteraba estaba muerto.
Andaba a pasos rápidos hacia su coche con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, sintiendo como el frío llegaba a su espalda y el agua le mojaba. Sacó las llaves del coche para abrirlo justo cuando estaba enfrente de su coche negro cuando escuchó un golpe y una queja. Miró a su alrededor, un momento antes de ver a una chica tirada en el suelo junto a varios libros. Se lo pensó un momento realmente que hacer. Era normal ayudar a una chica ¿no? Volviendo a guardar las llaves en el bolsillo se acercó a la chica tirada en el suelo y se fue a inclinar para ayudarla junto cuando ella le habó de aquel modo cortante y furioso. Mikh se quedó parado sin saber muy bien que hacer, sorprendido por su reacción. - Vamos, deja que te ayude.- Dijo olvidándose de la respuesta y tomando varios libros antes de que se mojaran más de lo que estaban ya.
Descendió las escaleras para llegar a la planta de abajo, apartándose cuando grupos de gente pasaban a su lado con libros y carpetas, estudiantes que les deba igual el castaño que pasaba a su lado. Se podía escuchar la lluvia que caía fuera; para Mikh no era precisamente un día muy bonito, el sol escondido tras las nubes negras y la lluvia cayendo sin parar, era un día para estar encerrado en casa y no salir, pero no había podido hacer eso. Aquella mañana su padre le había mando ir a la universidad a entregar unos documento a un profesor de la universidad; el día anterior ninguno de los dos había ido al consejo y les dieron el informe, las decisiones que tomaron o lo que han pensado hacer. Si, por sorprendente que pareciera el joven Mikh estaba en el consejo y encima no estaba curado. Si alguien se enteraba estaba muerto.
Andaba a pasos rápidos hacia su coche con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, sintiendo como el frío llegaba a su espalda y el agua le mojaba. Sacó las llaves del coche para abrirlo justo cuando estaba enfrente de su coche negro cuando escuchó un golpe y una queja. Miró a su alrededor, un momento antes de ver a una chica tirada en el suelo junto a varios libros. Se lo pensó un momento realmente que hacer. Era normal ayudar a una chica ¿no? Volviendo a guardar las llaves en el bolsillo se acercó a la chica tirada en el suelo y se fue a inclinar para ayudarla junto cuando ella le habó de aquel modo cortante y furioso. Mikh se quedó parado sin saber muy bien que hacer, sorprendido por su reacción. - Vamos, deja que te ayude.- Dijo olvidándose de la respuesta y tomando varios libros antes de que se mojaran más de lo que estaban ya.
Mikhail A.Zaítsiev- Mensajes : 44
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Re: Living a Bad Day || {Mikhail}
La rubia arrugó el gesto sin poder evitarlo. A veces, cuando las cosas salía como aquel día sacaba relucir su lado de pequeña mimada de la familia. Leah aún era un mar de emociones y sentimientos, a decir verdad al llegar a la universidad e integrase entre tantos curados su dudas habían comenzado a crecer. Quizás fuera eso, o el comprender cada día más la forma fría de actuar de su madre, o como la relación con su adorada hermana Velvett había empeorado en estos meses tras ella someterse a la intervención. La lluvia la hacía sentir igual de confusa que el resto de cosas. No podía evitar sentir que su vida iba sin frenos cuesta abajo, hacia una dirección que ella jamás podría decidir.
Le asustó ver un muchacho desconocido frente a ella, parecía algo mayor y fuerte. A veces cosas así le asustaban un poco, pero trató de controlarse, ante todo ella era un chica dulce y un amable desconocido desde luego no tenía la culpa de que ella estuviera viviendo un verdadero desastre de día.
Sacudió un poco sus manos porque había estado tratando de hacer algo con su tacón roto, terminó de alzar el rostro hacia el hombre fijando sus ojos claros en él. Sonrió tímidamente, avergonzada de haberse comportado como una niñita estúpida, era algo que odiaba hacer delante de los adultos y aquel muchacho parecía serio dentro de su amabilidad. Sostenía sus libros mojados bajo uno de los brazos. Trató de ponerse en pie pero entre que la lluvia le había calado y que gracias a la ruptura de su tacón sus piernas había quedado desiguales temió tropezarse y que él pensara aún peor, así que alzó una de sus manitas hacia el chico. - Podrías... - dijo tímidamente. - lo siento, no quería sonar cortante, es que llevo día horrible. Hice un examen desastroso, llueve y me olvidé el paraguas... el caso es que me he roto el tacón y si no me ayudas puede que acabe el día en el dentista en busca de una nueva dentadura. - hizo un pequeño mohín, desde luego al chico no le interesaban sus miserias, solo quería ser amable, pero ella sintió que debía disculparse por su actitud durante el día de alguna manera. - Gracias. - comentó tímidamente, algunos mechones que se escapaban de su coleta se le pegaban al rostro fruto de la humedad de la lluvia. Supo enseguida que tenía las mejillas coloradas, pero lo quiso atribuir al frescor del día, que mezclado con su estúpido berrinche, había acabado por colorearle las mejillas.
Le asustó ver un muchacho desconocido frente a ella, parecía algo mayor y fuerte. A veces cosas así le asustaban un poco, pero trató de controlarse, ante todo ella era un chica dulce y un amable desconocido desde luego no tenía la culpa de que ella estuviera viviendo un verdadero desastre de día.
Sacudió un poco sus manos porque había estado tratando de hacer algo con su tacón roto, terminó de alzar el rostro hacia el hombre fijando sus ojos claros en él. Sonrió tímidamente, avergonzada de haberse comportado como una niñita estúpida, era algo que odiaba hacer delante de los adultos y aquel muchacho parecía serio dentro de su amabilidad. Sostenía sus libros mojados bajo uno de los brazos. Trató de ponerse en pie pero entre que la lluvia le había calado y que gracias a la ruptura de su tacón sus piernas había quedado desiguales temió tropezarse y que él pensara aún peor, así que alzó una de sus manitas hacia el chico. - Podrías... - dijo tímidamente. - lo siento, no quería sonar cortante, es que llevo día horrible. Hice un examen desastroso, llueve y me olvidé el paraguas... el caso es que me he roto el tacón y si no me ayudas puede que acabe el día en el dentista en busca de una nueva dentadura. - hizo un pequeño mohín, desde luego al chico no le interesaban sus miserias, solo quería ser amable, pero ella sintió que debía disculparse por su actitud durante el día de alguna manera. - Gracias. - comentó tímidamente, algunos mechones que se escapaban de su coleta se le pegaban al rostro fruto de la humedad de la lluvia. Supo enseguida que tenía las mejillas coloradas, pero lo quiso atribuir al frescor del día, que mezclado con su estúpido berrinche, había acabado por colorearle las mejillas.
Leah V. Capadoccia- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 26/09/2012
Edad : 31
Re: Living a Bad Day || {Mikhail}
Si se hubiera dicho a Mikh que describiera a la chica que tenía delante si no la hubiera conocido en esa situación, diría que parecía una chica dulce, delicada con esos rasgos aniñados y su cuerpo tan pequeño; pero esa imagen parecía estar muy lejos de la realidad. Un tanto sorprendido el castaño, tomó los libro que estaban tirados en el suelo con algunas hojas mojadas, pero la lluvia no cesaba de caer levemente y no podía perder el tiempo en comprobar el estado de los libros, a si que simplemente los fue dejando sobre el capó del coche cerrados. No solo estaba sorprendido de que la chica no era la tal dulce como él se había imagina, si no que también eso implicaba que no estaba curada; era un estudiante que no la habían curado. Le daba igual que muchas personas incuradas pensaban como él y los inválidos, nunca le iba a decir a ninguno nada sobre sus pensamientos por miedo y para ser precavido.
Estaba dejando los libros en el capó del coche cuando escuchó algo más y vio de refilón como la chica volvía a caerse. Corriendo se dio la vuelta para ir a coger a la chica pero ya estaba de nuevo tirada en el suelo, con parte del tacón roto a su lado. - Si, lo siento.- La voz de Mikh no subió mucho el volumen, disculpándose por no ayudarla antes de ella que a sus libros, pero no se había dado cuenta de su tacón roto y pensaba que podría levantarse sola, aun que tampoco pensó que se podía haber hecho daño al caerse en el tobillo. Tomó la mano de la chica mientras que en sus labios no pudo evitar que una pequeña sonrisa se colara al escuchar como ella le explicaba porque estaba tan enfada, o más bien se desahogaba; esperaba que ella pensara que solo era una sonrisa para complacerla, pero en verdad le hacia gracia la situación y su reacción.
Tras levantarla sin esfuerzo, pasó un brazo por debajo del bazo de ella y su espalda, sujetándola para acercarla al coche. - No te preocupes. ¿Tu tobillo está bien? ¿Te duele?- No se atrevió a soltar a la chica ni si quiera aun que pudiera apoyarse en el coche, no hasta asegurarse de que podía mantenerse en pie sola y que no se iba a volver a caer. Muchas de las personas que pasaban a nuestro lado los moraban, extrañados de ver a un chico y una chica tan cerca pero teóricamente Mikh era un curado, no tenía riesgo aun que ella no lo fuera, o al menos no parecía tener la cicatriz detrás de su oído.
Estaba dejando los libros en el capó del coche cuando escuchó algo más y vio de refilón como la chica volvía a caerse. Corriendo se dio la vuelta para ir a coger a la chica pero ya estaba de nuevo tirada en el suelo, con parte del tacón roto a su lado. - Si, lo siento.- La voz de Mikh no subió mucho el volumen, disculpándose por no ayudarla antes de ella que a sus libros, pero no se había dado cuenta de su tacón roto y pensaba que podría levantarse sola, aun que tampoco pensó que se podía haber hecho daño al caerse en el tobillo. Tomó la mano de la chica mientras que en sus labios no pudo evitar que una pequeña sonrisa se colara al escuchar como ella le explicaba porque estaba tan enfada, o más bien se desahogaba; esperaba que ella pensara que solo era una sonrisa para complacerla, pero en verdad le hacia gracia la situación y su reacción.
Tras levantarla sin esfuerzo, pasó un brazo por debajo del bazo de ella y su espalda, sujetándola para acercarla al coche. - No te preocupes. ¿Tu tobillo está bien? ¿Te duele?- No se atrevió a soltar a la chica ni si quiera aun que pudiera apoyarse en el coche, no hasta asegurarse de que podía mantenerse en pie sola y que no se iba a volver a caer. Muchas de las personas que pasaban a nuestro lado los moraban, extrañados de ver a un chico y una chica tan cerca pero teóricamente Mikh era un curado, no tenía riesgo aun que ella no lo fuera, o al menos no parecía tener la cicatriz detrás de su oído.
Mikhail A.Zaítsiev- Mensajes : 44
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Re: Living a Bad Day || {Mikhail}
Empezaba a ponerse nerviosa, allí en medio de la lluvia, en el parking de la universidad frente a un joven. Aquella escena podría pasar por una de las muchas cosas prohibidas en Portland y a Leah no le gustaba demasiado llamar la atención por los motivos equivocados. Sentía la mano firme del muchacho en su espalda tratando de evitar que volviera a dar con sus huesos en el suelo, se sentía mojada y algo estúpida por todo el numerito que había montado. No pudo evitar sentir cierto alivio cuando lo vio sonreír, aunque por algo que no comprendió ese pequeño gesto también alteró algo más sus nervios. - Estoy bien, estoy bien... - comentó tratando de devolverle la sonrisa, al tiempo que hacía un pequeño gesto como tratar de indicar que si la soltaba no caería al suelo, aunque no estaba del todo segura de que así fuera debido al desequilibrio de sus zapatos.
Al notar que la mano del chico se separaba de su cuerpo, dio un pequeño saltito para sentarse sobre el coche. No le importó mojarse, ya que después de haber estado sentada en el suelo estaba segura de que sus pantalones estaban echados a perder. Se descalzó con cuidado y meticulosamente, a decir verdad el tobillo le dolía bastante y podía notar a través de sus calcetines de colores como se le había hinchado. - No creo que sea grave. - hizo una mueca de dolor al tratar de examinarlo, no quería parecer una quejica, pero le asustaba haberse hecho algo. La verdad es que no era de esas personas aguerridas y valientes, también la idea de contar en casa por qué iba con un posible pie vendado le asustaba.
Volvió a posar sus ojos claros en el chico, tenía en la punta de la lengua algunas preguntas, como por ejemplo su nombre, pero allí preguntar era sospechoso. Sostuvo la bota que aún tenía el tacón en la mano y la apoyó sobre el coche. - ¿Crees que podrías partirlo?, si no tengo ese desequilibro podré llegar sin problemas a casa. - su mirada era dulce pero también suplicaba algo de ayuda, no quería abusar del muchacho. Era lo suficientemente mayor, o al menos parecía entrar en la edad de los curados, últimamente no los veía con los mismos ojos. Aquel chico parecía mucho más cercano y amable de lo que nunca lo había sido su hermano y ya no digamos tras la operación. De repente la curiosidad se apoderó de ella, ¿se le vería desde su posición la pequeña cicatriz tras la oreja?.
Al notar que la mano del chico se separaba de su cuerpo, dio un pequeño saltito para sentarse sobre el coche. No le importó mojarse, ya que después de haber estado sentada en el suelo estaba segura de que sus pantalones estaban echados a perder. Se descalzó con cuidado y meticulosamente, a decir verdad el tobillo le dolía bastante y podía notar a través de sus calcetines de colores como se le había hinchado. - No creo que sea grave. - hizo una mueca de dolor al tratar de examinarlo, no quería parecer una quejica, pero le asustaba haberse hecho algo. La verdad es que no era de esas personas aguerridas y valientes, también la idea de contar en casa por qué iba con un posible pie vendado le asustaba.
Volvió a posar sus ojos claros en el chico, tenía en la punta de la lengua algunas preguntas, como por ejemplo su nombre, pero allí preguntar era sospechoso. Sostuvo la bota que aún tenía el tacón en la mano y la apoyó sobre el coche. - ¿Crees que podrías partirlo?, si no tengo ese desequilibro podré llegar sin problemas a casa. - su mirada era dulce pero también suplicaba algo de ayuda, no quería abusar del muchacho. Era lo suficientemente mayor, o al menos parecía entrar en la edad de los curados, últimamente no los veía con los mismos ojos. Aquel chico parecía mucho más cercano y amable de lo que nunca lo había sido su hermano y ya no digamos tras la operación. De repente la curiosidad se apoderó de ella, ¿se le vería desde su posición la pequeña cicatriz tras la oreja?.
Leah V. Capadoccia- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 26/09/2012
Edad : 31
Re: Living a Bad Day || {Mikhail}
Soltó menos de un segundo la cintura de la chica, con miedo a que se cayera de nuevo aun que ya estaba sentada sobre el capó de su choque y parecía tener más o menos estabilidad, pero enseguida volvió a sujetarla por si se escurría, pero no parecía que eso fuera a pasar. Con cuidado y lentitud la fue soltando, dándose cuenta ahora de la cercanía con la chica. No era algo que se diera mucho, se sentía un poco mal por la chica, sabía por su hermana que el trato con los chicos era algo poco común y que a ellas las soía poner nerviosas; pero no era tan diferente para él. Era cierto que al ser un supuesto curado y poder salir a Tierra Salvaje podía hablar con más chicas, tocarlas incluso besarlas, pero era humano y respondía igual que cualquier incurado pero con el problema de tener que ocultarlo.
Pasó sus mano derecha entre los mechones de su pelo, comprobando que estaban más o menos mojados, al igual que la chica; llovía, pero las gotas eran muy finas y no parecía que mojaban tanto como lo hacían. Pasaba su mirada desde la cara de la chica a su tobillo, inseguro; decía que no creía que era grave, pero eso implicaba que ya tenía algo allí, no podía dejarla ir sin más con el tobillo así, aun que fuera en coche, no podría ni si quería frenar o acelerar. - Podría mirarlo, pero no entiendo a si que no serviría para nada…- Una pequeña sonrisa se coló en sus labios, siendo sincero y demostrando algo de humor, sabiendo que no era muy típico en curados, pero dudaba que la chica estuviera atenta a él con el dolor de su tobillo.
Miró el tacón de la chica cuando lo subió encima del capó para que lo intentara romper. El moreno se acercó dispuesto ha hacer lo que ella le pidió, pero antes de romper el tacón lo pensó un momento. - Espera. Creo que deberías ir al medico a que te mire eso. Y dudo que puedas conducir a si que venga, te llevo yo. - Dijo seguro, soltando el zapato de la chica y acercándose de nuevo a ella para tomarla como antes para acercarla a su coche.
Pasó sus mano derecha entre los mechones de su pelo, comprobando que estaban más o menos mojados, al igual que la chica; llovía, pero las gotas eran muy finas y no parecía que mojaban tanto como lo hacían. Pasaba su mirada desde la cara de la chica a su tobillo, inseguro; decía que no creía que era grave, pero eso implicaba que ya tenía algo allí, no podía dejarla ir sin más con el tobillo así, aun que fuera en coche, no podría ni si quería frenar o acelerar. - Podría mirarlo, pero no entiendo a si que no serviría para nada…- Una pequeña sonrisa se coló en sus labios, siendo sincero y demostrando algo de humor, sabiendo que no era muy típico en curados, pero dudaba que la chica estuviera atenta a él con el dolor de su tobillo.
Miró el tacón de la chica cuando lo subió encima del capó para que lo intentara romper. El moreno se acercó dispuesto ha hacer lo que ella le pidió, pero antes de romper el tacón lo pensó un momento. - Espera. Creo que deberías ir al medico a que te mire eso. Y dudo que puedas conducir a si que venga, te llevo yo. - Dijo seguro, soltando el zapato de la chica y acercándose de nuevo a ella para tomarla como antes para acercarla a su coche.
Mikhail A.Zaítsiev- Mensajes : 44
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Re: Living a Bad Day || {Mikhail}
Aunque impulsiva, a veces Leah era un tanto materialista para las cosas. Y es que si se tenía que hacer a la idea de que acabaría por no querer nada a nivel sentimental, acabó por tomar por costumbre cogerle apego a las cosas entre ellas, aquellas botas que ahora estaban descompensadas por la falta de uno de los tacones.
Tenía frío porque estaba calada hasta la médula y el enfado por la serie de acontecimientos malos del día se le estaba pasando. Entonces empezó a comprender de golpe que la cercanía del muchacho era lo que le ponía nerviosa, no sabía si decir que se sentía incómoda, era raro. Los desconocidos no solían acercase así y menos si eran del sexo opuesto. Por un momento se encogió sobre el capó del coche, temiendo que los viera alguien y desatara demasiados malos entendidos. El movimiento hizo que el tobillo le doliera, tras el gesto de dolor, por inercia sonrió al chico.
Por mucho que intentara recordar, tampoco había visto a nadie de aquella aparente edad que sonriera de una manera tan cómoda y sincera. Ni si quiera pensaba que aquella mueca que hacían sus padres pudiera pasar por una sonrisa. No debería, pero se dio cuenta de que aquello le agradaba. - Estaré bien, solo tiene que bajar la hinchazón, mi padre es una especie de médico. - comentó entre dientes, dándose cuenta de que ya había dicho demasiado, esa era el tipo de malas pasadas que a veces le costaba su naturalidad. - Pe-pero... - y su frase se quedó en el aire.
No tuvo tiempo de reaccionar, el brazo fuerte y cálido en comparación a su húmeda ropa le rodeaba de nuevo la cintura ayudándola a caminar. Quiso posar el pie en el suelo, pero no estuvo segura de si le dolería demasiado y además iba solo con los calcetines y el suelo estaba más que mojado de la maldita lluvia que no dejaba de repiquetear.
Caminó a la pata coja, dejando caer un poco su peso sobre el brazo del chico. Aquello si ella supiera algo de esas estupideces prohibidas podría resultar romántico, pero la rubia nunca había prestado demasiado interés a esos cismes que a pesar de estar prohibidos, mucas niñas en su colegio comentaban alegremente.
Se sintió asustada y un tanto estúpida, ni si quiera se había presentado. - Me llamo Leah, mi padre siempre me enseñó a no irme con desconocidos - trató de bromear, pero no estuvo segura de si había sido lo suficientemente natural. - si me presento me sentiré menos torpe. Espero que no hagas estas cosas a menudo... bueno ya estarías metido en problemas. - quiso de nuevo llevarse le mano a la boca por hablar de más, pero temió caerse al suelo. - Gracias por llevarme. - añadió, pero... no sabía a donde, ¿reaccionaría toda su familia curada de aluna manera si la vieran ahora?. No podía saberlo y no sabía si quería.
Tenía frío porque estaba calada hasta la médula y el enfado por la serie de acontecimientos malos del día se le estaba pasando. Entonces empezó a comprender de golpe que la cercanía del muchacho era lo que le ponía nerviosa, no sabía si decir que se sentía incómoda, era raro. Los desconocidos no solían acercase así y menos si eran del sexo opuesto. Por un momento se encogió sobre el capó del coche, temiendo que los viera alguien y desatara demasiados malos entendidos. El movimiento hizo que el tobillo le doliera, tras el gesto de dolor, por inercia sonrió al chico.
Por mucho que intentara recordar, tampoco había visto a nadie de aquella aparente edad que sonriera de una manera tan cómoda y sincera. Ni si quiera pensaba que aquella mueca que hacían sus padres pudiera pasar por una sonrisa. No debería, pero se dio cuenta de que aquello le agradaba. - Estaré bien, solo tiene que bajar la hinchazón, mi padre es una especie de médico. - comentó entre dientes, dándose cuenta de que ya había dicho demasiado, esa era el tipo de malas pasadas que a veces le costaba su naturalidad. - Pe-pero... - y su frase se quedó en el aire.
No tuvo tiempo de reaccionar, el brazo fuerte y cálido en comparación a su húmeda ropa le rodeaba de nuevo la cintura ayudándola a caminar. Quiso posar el pie en el suelo, pero no estuvo segura de si le dolería demasiado y además iba solo con los calcetines y el suelo estaba más que mojado de la maldita lluvia que no dejaba de repiquetear.
Caminó a la pata coja, dejando caer un poco su peso sobre el brazo del chico. Aquello si ella supiera algo de esas estupideces prohibidas podría resultar romántico, pero la rubia nunca había prestado demasiado interés a esos cismes que a pesar de estar prohibidos, mucas niñas en su colegio comentaban alegremente.
Se sintió asustada y un tanto estúpida, ni si quiera se había presentado. - Me llamo Leah, mi padre siempre me enseñó a no irme con desconocidos - trató de bromear, pero no estuvo segura de si había sido lo suficientemente natural. - si me presento me sentiré menos torpe. Espero que no hagas estas cosas a menudo... bueno ya estarías metido en problemas. - quiso de nuevo llevarse le mano a la boca por hablar de más, pero temió caerse al suelo. - Gracias por llevarme. - añadió, pero... no sabía a donde, ¿reaccionaría toda su familia curada de aluna manera si la vieran ahora?. No podía saberlo y no sabía si quería.
Leah V. Capadoccia- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 26/09/2012
Edad : 31
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