Sorpresa tras la ventana (?) {Aiden}

Sus pasos resonaban con rapidez por las vacías calles de la ciudad, eran cerca de las 3 de la madrugada y todos –menos aquellos vigilantes que siempre rondaban- parecían dormir. Su actuar era arriesgado pero cuando ya no tienes nada que perder, los riesgos innecesarios se transforman en la mejor manera de obtener adrenalina y quizás de “disfrutar” la vida. No era la primera vez que Amy regresaba a la ciudad después de haber escapado, la primera había sido solo semanas después de huir: esa vez actuó movida por la curiosidad, quería saber cómo estaba viviendo su padre luego de que ella lo abandonara sin avisar, sin dejar una nota o indicio de que haría con su vida. En ese momento confirmó que la llamada curación era completamente efectiva ya que aquel hombre que alguna vez considero padre, seguía de manera normal con su vida, repitiendo paso a paso su rutina como si no hubiera pasado nada.

Esta vez la muchacha solo buscaba algunos alimentos, algo de ropa y si es que podía, chocolate… ¡¡Cómo extrañaba el chocolate!!, quizás era lo único que añoraba de aquella cuidad. Pero como no podía entrar a un local y simplemente comprar lo que necesitaba, lo había hurtado; no era un actuar del que se enorgulleciera, pero aquello le servía para sobrevivir y era lo único importante. Lamentablemente en los lugares que irrumpió no fue capaz de encontrar chocolate, al parecer debería marcharse con las manos vacías, sin poder cumplir aquel pequeño deseo.

Su recorrido casi llegaba a su fin y se disponía a regresar cuando escuchó unos pasos resonar a su espalda. ¡Alguien la seguía! Y de seguro no era nadie amigable. Sin llegar a correr apuró su caminar, sentía como los pasos aún permanecían a su espalda y cada vez se escuchaban más cercanos por lo que obedeciendo a su instinto primario de supervivencia, echó a correr. Toda su frialdad y mente calculadora había desaparecido, en ese instante solo podía pensar en sobrevivir e intentar trazar algún tipo de plan hubiera resultado imposible.

Rápidamente se fue internando en una desconocida población, sabía que no podía correr eternamente y que de un momento a otro le darían alcance. Dicen que situaciones desesperadas requieren de medidas desesperadas y aquello fue lo que hizo, observando una ventana entreabierta se introdujo por ella, sin calcular bien la altura del lugar y esperando poder saltar hacía un espacio vacío se dejó caer, pero aquello no era el piso. No, era algo blando y mullido muy similar a una cama –recordaba vagamente que así se sentía una de esas bajo el tacto- y que según pudo percibir, no se encontraba vacía.

Probablemente ya estaba pasando por el quinto sueño, no lo sabía con seguridad pues habia pasado un dia muy largo y llegada la noche, luego de los estudios y algunas que otras tareas de mantenimiento de la casa, reparando desperfectos eléctricos, me habian hecho quedar despierto hasta tarde y habia caido rendido en la cama luego de una cena rapida y una ducha refrescante. En medio de mi descanso, en mi cómoda y tranquila habitación, sentí un golpe que me despertó de manera abrupta y e interrumpió mi sueño inmediatamente. Mis ojos se abrieron ampliamente por sorpresa y, observando entre las sombras, ayudado solo por la luz de la luna que ingresaba por la ventana semi abierta, pude notar una figura humana a mi lado... alguien se habia metido por mi ventana y estaba ahora en mi cama, y en parte tambien encima mio.

En un movimiento impulsivo, casi como una reacción defensiva, me giré sobre esta persona que estaba infiltrada en mi hogar y me puse encima suyo, sosteniendo sus muñecas con mis manos mientras la parte inferior de mi cuerpo se posaba sobre la suya. De esa manera, mientras la tenia sujeta debajo mio sin poder escapar, podría averiguar quien era y qué es lo que estaba haciendo ahi.

-Quien demonios eres y que...- Ya habia puesto cara de pocos amigos y estaba dispuesto a sacarle la informacion sobre su persona aunque fuera por la fuerza, pero antes de poder terminar mis palabras pude enfocar mi vista mejor y apreciar sus rasgos... era una mujer joven y hermosa... ahi en mi cama, justo debajo de mi. Por un momento me congelé, no pude decir nada ni actuar de ninguna manera... jamás habia tenido a una mujer en mi cama, y menos aun a una tan hermosa como ella. En un principio pensé que se trataba de un ladrón, pero no imaginaba que alguien tan bello como ella podría llegar a querer robarme... algo no encajaba.

Por un momento me quedé mirándola, y de a poco empecé a sentirme un tanto avergonzado. En ese entonces recordé que tan solo estaba vestido con unos boxers cortos y que seguramente ella ya estaba apreciando con total facilidad la visión de mi semi-desnudez en frente suyo. Aún así, mis manos seguían firmemente cerradas en sus muñecas, presionando sus antebrazos contra el colchón de la cama para que no pudiera moverse... ya no sabía su lo estaba haciendo por seguridad o por el simple hecho de que tenerla debajo mio en mi cama me resultaba excitante.