Eve Wells, Expediente

PERSONALIDAD

Eve es una joven que podría denominarse como “rebelde” a ojos de los más estrictos padres y gobernantes. No soporta las leyes con las que no está de acuerdo y, las que lleva a cabo, únicamente son aquellas que sabe que, de no hacerlo, las consecuencias podrían ser mucho más terribles que su conducta impuesta.
Es una joven inquieta, creativa e inteligente, dispuesta a todo lo que sea necesario para escapar de la intervención que nadie le ha preguntado si quiere realizar.
Huérfana debido a una familia con sus mismos ideales, sueña con el día en que pueda vengar esa injusticia y conseguir amar aún contra reglas, gobernantes y leyes absurdas.
Experta mentirosa logra llevar sus metas y propósitos más lejos de lo que, quizás, cualquier otro joven se atrevería. No le importan los riesgos ni los extremos, mientras ella considere “justos” sus actos, los realizará. Le pese a quién le pese.
Desconfiada por naturaleza, sarcástica, irónica y cruel. Solo se muestra cariñosa o cordial con, una de dos, quienes conoce realmente o con quienes sabe que le interesa mantener una buena relación para, posteriormente, aprovecharse de ello.

HISTORIA

Con tan solo once años, los padres de Eve fueron descubiertos, habían simulado aquella cicatriz del infierno tras sus orejas izquierdas para hacerse pasar por ciudadanos, como solían denominarse, normales. Una vez los cogieron, fueron sentenciados por el Consejo a una pena de cárcel, a ojos de Eve, extremadamente injusta. En prisión, la mañana del 18 de Octubre, fueron asesinados.
Eve recuerda aquel día, el de su duodécimo cumpleaños, como el comienzo de su nueva vida.
Con el recorte de periódico en el que se anunciaba que la ciudad había sido erradicada, de nuevo, de seres inmundos enfermos e inservibles, Eve pasó de ser una niña dulce y tranquila a una llena de odio, rabia y rencor hacia el gobierno bajo el que debía estar sometida el resto de sus días.
Con el recorte todavía en la mano, bajó corriendo las escaleras de su nuevo hogar y llegó hasta la cocina en donde encontraría a Marlene, compañera y amiga de su madre que se haría cargo de Eve junto a su marido desde entonces, y la miró como nunca lo había hecho. Con unos ojos encendidos de cólera que luchaban contra unas lágrimas incontrolables.
“Llegaré hasta ellos, y cuando estén arrodillados ante mi suplicando piedad, los mataré, uno a uno, hasta saciar mi venganza” fue la frase que aquella niña de doce años pronunció mientras arrugaba aquel recorte con frustración en el interior de su puño.

Pasaron los años y la sonriente y risueña Eve había cambiado. Ya no reía, ya no lloraba, ya no abrazaba ni besaba. Se concentró en sus estudios y se obsesionó con todo lo relacionado con los artífices del asesinato de sus padres.
Su cuarto no contenía pósters de grupos famosos o fotografías con los amigos, en su lugar, recortes de periódicos, frases revolucionarias y símbolos de oposición. Cortinas siempre corridas, persianas a medio subir y ventanas cerradas eran su día a día. Tan solo su “hermano” conseguía curvar sus labios y arrancarle algún gesto de cariño cuando estaba con ella. Sus nuevos padres, muy de vez en cuando. Esta etapa le duró unos seis años. Cuando cumplió los dieciocho continuaba con aquellos ideales en la cabeza pero había madurado, se había hecho más inteligente y había comenzado a ser más calculadora y estratega para dar con sus objetivos.

Comenzó a explotar sus habilidades con la informática y la memoria, comenzó a leer historia y se decantó por el Derecho para su tiempo libre. Aquella estética revolucionaria de su cuarto fue totalmente transformada, destruida y falsificada. Convirtió su santuario en una habitación prácticamente modélica, sin atisbo alguno a sus tendencias políticas y sin dejar pista visible sobre sus metas reales.
Comenzó a fabricarse una vida ficticia que comenzaría a mostrar a quienes se interesasen en ella. De siempre había tenido que ser “Emily” para evitar relaciones con sus padres biológicos pero ahora había decidido evolucionar a esa Emily.
Sería una joven rebelde que mucho dice pero poco hace. A la que no le gustaban las normas familiares pero que tendría que aguantarse porque no le quedaba otra. Quería cumplir los veintidós años cuanto antes para someterse a la operación y ser libre, por fin.
Obviamente, todo aquello sería fachada, pero una vía segura de evitar enfrentamientos tontos y descubrimientos fortuitos.

Su familia estaba de acuerdo y la apoyaron por completo en todo aquello, al fin y al cabo, a ellos tampoco les interesaba que los descubriesen pues una familia que había encubierto a una supuesta niña inexistente fruto de una pareja de enfermos desalmados, no iba a tener un buen recibimiento a ojos del Consejo.

Actualmente, Eve cuenta con veinte años y un amplio conocimiento sobre leyes, historia e informática, ha cultivado la paciencia, la manipulación y la mentira. A día de hoy, Eve no existe para nadie que no sea ella, su hermano o sus padres. Emily, en cambio, sí.