First meeting: Disturbing the rest of the dead -LIBRE-

La demás gente estaba durmiendo tenia que salir antes de que los demás despertaran y no notaran mi ausencia, dios si ellos se enteraran que cazaba por así decirlo a sus espaldas estaba mas que muerta, en fin tome las botas y la chaqueta negra y salí, dios el aire era asqueroso, sonríe y salí campante, no la verdad es que estaba un poco nerviosa, habia dicho que el bosque apesar de ser temidos por los carroñeros ahora hasta nosotros estabamos en peligro,, así que podía ser de lo peor, me imaginaba tantas cosas, seria buenas personas... tendría que veer con alguien familiar, reí, "si Bella como tienes tanta familia" me burlaba para mi misma, habia logrado hacer un arco, habia afilado unas varas de madera y claro clavadas en el lugar correcto el animal o lo que fuera comestible estaría perdiendo mucha sangre con una de esas.
Pase al bosque, ,me lastimaba un poco el cuchillo escondido que llevaba en la bota pero era eso o mi vida, así que no me importaba y seguía caminando, la cuestas arriba era lo mas duro, pensé que habia un rió , seguí caminando por la ladera hasta adentrarme al cementerio, me hinque enfrente de unas semi tumbas que estaban un poco adentro del los arbusto y me prepare para darle a uno que estaba con la cabeza baja, lo tuve en la mira hasta que voló -mierda- dije en voz baja siguiendo su vuelo -se escapo- si Aaron se enterera que estaba arriesgandome por nada se enojaria mucho, tenia que regresar a casa e ir a la ciudad a pasar por una chica normal pero no tenia que estar tratando de conseguir comida sin que los demas notaran quien era.
Un ruido que no presisamente de una niaml me alerto, me rtecarge en la tumba y espere, rogando que no fuera nadie, nadie que quisiera que saliera.

Era de noche, y estaba como a dos días de largarme a la ciudad a estar con mi hermano y asegurarme de que todo iba bien con él... y a salir del lado de mi madre. La adoraba, pero no podía negar que me ahogaba con toda su superprotección, tenía 17 años, ya no era ningún crío. no me lo había dicho, pero sabía que pensaba que si me iba a la ciudad en cuanto tuviera la edad necesaria me dejaría intervenir... Sólo porque no me gustara el contacto corporal no quería decir que quisiera hacer semejante chorrada.

Salí de mi casa y cerré la puerta con cuidado de no despertar a nadie, a mis padres no les volvían locos mis escapadas nocturnas para salir a correr y, a veces, ir a la ciudad a dejarle cosillas a mi hermano, para que supiera que no estaba solo y todo eso, me daba la sensación de que se estaba olvidando de que había gente de este lado de la ley que se preoucpa por él y no sólo para conseguir pasar la alambrada y vivir tranquilos en la ciudad, tenía que recordarle que era importante para alguien por ser él. Conocía a mi hermano y sabía lo hundido que podía llegar a estar y lo peor era que se dejaba hundir en el pozo sin hacer absolutamente nada.

Empecé a correr hacia los árboles del bosque, me gustaba correr y entrenar durante la noche, mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad y prácticamente me sabía el bosque de memoria, al menos lo suficiente para moverme con soltura, pegué un salto y me agarré a la primera rama que tuve al alcance. Di un par de saltos de árbol en árbol, intentando tocarlos lo menos posible, necesitaba correr más rápido si iba a ir a la ciudad a vivir, sabía que tendría que dejar de hacer parkour en la ciudad, que correr de esta forma levantaría sospechas pero eso no quería decir que no quisiera estar en forma por si alguna vez lo necesitaba para escapar, cosa que esperaba que no sucediera o tendría que darle la razón a mucha gente.

Salí del bosque y me di la vuelta sonriendo, viendo lo que había conseguido, era una chorrada pero me sentía realizado cada vez que conseguía cruzar el bosque sin caerme, la Tierra Salvaje no era conocida por la cantidad de oportunidades que tenías para ser bueno en algo, todos los pequeños logros contaban. Dejé atrás el bosque y me dispuse a seguir corriendo, había llegado sin querer al cementerio, el sitio perfecto para practicar para saltar vayas, muros y todas las tumbas. Empecé a coger velocidad y salté las vallas que rodeaban el cementerio - Espero no molestarles, damas y caballeros - reí por lo bajo antes de seguir saltando por el cementerio.

poco a poco fui asomando tan siquiera los ojos para darme cuenta de que era un chico que simplemente por lo visto estaba haciendo algo así parecido como ejercicio, "pero que demonios..." pensé por un momento en irme sin tratar de levantar sospechas y dejarlo que se siguiera el probrecito divirtiendo pero tenia de dos, 1 irme y pasar por alto y dejar que otro carroñero que estas podrían ser sus tierras, lo matar o 2. advertirle e irme, como estaba de buenas y había sido un día normal para mi decidí presentarme.
Poco a poco fui saliendo de la tumba para incorporarme -no deberías estar aquí- no esperaba espantarlo -es un lugar... un lugar peligroso por decirlo así- no quería decirle que yo como carroñera podría matarlo solo esperaba advertirle -tendrías que irte ahora mismo- y eso seria lo que aria me quedaría hasta que se marchara, no me quedaría a ver su muerte o por lo menos que me culparan de ella.

- ¡AHHH! - y acto seguido estaba en el suelo porque me había tropezado por haber mirado para otro lado cuando la chica esa había salido de detrás de la tumba, pero me alegré de que fuera una chica y no uno de los habitantes del cementerio que había salido a llamarme la atención por molestarles.

Me incorporé cogiéndome el hombro sobre el que había caído al tropezarme y comerme el suelo, o mejor dicho, una tumba ahora que la miraba bien, me levanté y me sacudí la suciedad - No quería molestar, no suelo encontrarme con nadie a estas horas - lo que era la razón principal por la que salía a correr a esas horas de la noche a un cementerio. Le di un par de vueltas al hombro y lo inspeccioné a conciencia, no quería dalr razones a mi madre para encerrarme en la habitación por las noches, como había amenazado con hacer un par de veces, me dolía un poco y tenía un par de arañazos y seguramente saldría algún moratón, pero me habían pasado cosas peores. Observé a la chica atentamente, sabía que no estaba en el territorio más amigable del mundo pero normalmente alguien como yo, que tiraba hacia la poca cosa, no suponía un problema para nadie si no veía nada que se suponía no tenía que ver, pero aún así la chica parecía llevar un arco y yo no quería acabar en aquel cementerio. Pero eso no quería decir que me fuera a ir.

-No es que me molestes... a mi no si no a los pobres muertos que ya pasaron a mejor vida que esta, sin enmabrgo no es que me preocupa que estes aqui, como sabras es territorio de los carro;eros, la mayoria d elos lugares como estos desavitados son propiedada de ellos, por eos me preocupe- me asertco un poco recargandome en un tumba poco a poco -la verdad es que no era mi intencion de espantarte- por alguna razon, comenze a reir como si fuera un amigo del alma pero habia algo en mi que mi humor casi casi dependeia de las personas con las que estaba o como el lo habia visto era gracioso y amigable -pues perdoname tambien a mi, y que haces aqui- despues de verlo correr y hacer malabares como monito silindrero se me izo facil decir -estabas entrenando para un maraton, calmado tigre no quisieras llamar la atencion en estos lugares no- dije bromeando -soy Carley un placer tigre- entonces se me ocurrio ponerle ese apoco por la amnera y facilidad que saltaba, no creo que a un chico tan relajado como el le molestara que le dijeran asi.
Entonces escuche un ruido me quede inmovil y me tense -vamaonos a caminar no crees- dije viendo a los elarrededores sintiendome poco segura quieta en un luagr tan inmobil como un cementerio

- Robin, aunque lo de Tigre no me disgusta - le contesté con una sonrisa al final. La verdad es que no sabía porqué le gente pensaba que me operaría a la primera de cambio, era majo, sólo que no me gustaba que me tocaran, nada más.

- Sé que es territorio de carroñeros, pero no les tengo miedo - no conocía a muchos, y a los que conocía era porque conocían a Kaleb, lo que reducía el número bastante, pero eso no quería decir que me fuera a librar de las represalias si me pillaban rondando por su territorio y el comodín de: ¿Tu sabes de quien soy hermano?, podía no funcionar tampoco. Aún así aquello nunca me había detenido, siempre había confiado en mis piernas para que me sacaran de apuros.

Escuché un ruido alrededor del cementerio y agudicé el oído, a ver si podía situarlo y entonces me dijo que sería mejor que nos moviéramos y la verdad es que me parecía la mejor posibilidad. Una cosa era no temer a los carroñeros y otra que no pudieran fastidiarme los planes. Salimos del cementerio y nos adentramos en el bosque todavía con los oídos puestos a mi alrededor, porque mirar iba a ser inútil, contesté al comentario que me había hacho Carley antes de que nos tuviéramos que ir del cementerio - Para un maratón no... pero en el sitio al que voy también viene bien saber como escapar - no es que fuera a ir llamando la atención allá donde fuera pero saber como echar a correr nunca venía mal en una ciudad como Portland.

-si creo que en todos los sentidos es bueno tener un poco de habilidad en todo- me calme un poco luego de caminar asercandonos mas al rió, según yo ya no había ningún peligro pero el seguía atento.
Me hubiera ser otro tipo de chica que fueras mas abierta que pudiera abrir para poder entablar una conversación pero me costaba demasiado trabajo como para dar el primer paso, sin embargo también odiaba los silencios incómodos así que prefería decir cualquier cosa a estar aguantando esto -bueno y que haces por aquí, por lo visto no eres de aqui, al decir que no le temes a un carroñero, no sabes que son capaces de hacer- me sentí vomitar ya es como si me hubiera estado describiendo sin encambio trate de seguir de esa manera, rogando por que el no me preguntara que era yo o lo clásico como yo ahora en estos momentos por que estaba yo sola en un lugar así, me veía muy chica pero no era estúpida como para andar sola.
Entonces el ruido que una vez me espanto pude distinguirlo como un venado -quieres comer- dije escuchando a mi propio estomago rugir, no me espere a su respuesta cuando agilmente me vi en un árbol lanzando el cuchillo con agilidad a matar al venado, cuando cayo intacto mire al chico con miedo, rogando por que no me viera como una salvaje asesina, solo yo -quieres- sonríe tristemente esperando no a verlo espantado.

- Impresionante - comenté, realmente impreionado, por su habilidad para lanzar el cuchillo y matar a aquel enorme animal - La puntería es una habilidad que yo no tengo - reí antes de acercarme al ciervo que ahora estaba en el suelo y con el que parecía íbamos a cenar. No me había dado cuenta del hambre que tenía hasta ese momento.

- Y sé de lo que son capaces los carroñeros... mi hermano mayor es uno de ellos - yo me había enterado hacía escasos mese de aquel hecho y de lo que lo había empujado a radicalizar su forma de ser... lo que lo había empujado a ser lo que era ahora, alguien que se juega el cuello por pasar desapercibido y ayudar a los demás, pero que no repara en matar a quien haga falta por proteger lo que hace, pero por ahora ella no necesitaba saber todos los detalles y en el fondo yo sabía que Kaleb no estaba orgulloso de ser lo que era, lo hacía por necesidad - Aunque no está por aquí, por eso no viene mal tener un buen par de piernas. De todas formas nunca me ha gustado poner etiquetas, hay muchas personas en el mundo como para que todas tengan que ser iguales. - rodé los ojos cuando me di cuenta de que sonaba de lo más soñador aquello, que no me gustara poner etiquetas no quería decir que no fuera capaz de ver el peligro - Aunque eso no quiere decir que no vaya con cuidado en sitios que no conozco. ¿Pero que amenaza puedo resultar yo? - pregunté señalándome a mí mismo. Sabía pelear, por supuesto, no podías estar en las Tierras Salvajes sin saber pelear, pero nunca había tenido aspecto de peligroso.

-no es estúpido como piensas- dije a ver sus ojos rodar como sis palabras fueran mas que tonterías, no es por alardear pero casi el 60% de lo que yo era pensaba de esa manera -es muy cierto lo que dices a simple vista al verme jamas creerías que una niñita como yo podría ser una asesina tal como una carroñero, y exacto, no todos somos asesinos, no matamos por matar, solo lo hacemos cuando creemos que es considerado, por buenas razones y principalmente si son justas, no alardeo mucho y la verdad como humano soy un pan de dios, depende de con quien este- entonces rió de la misma manera que con anterioridad tan suave y natural que por segundo me pregunto si soy yo ne verdad -si la verdad es que no eres alguien con quien pudieras pelear eres muy bueno si se puede decir, la verdad es que no soy de esas que anda buscando peleas por pelear espero y que no me veas así- agache la cabeza y suspire -jamas habia establecido una conversación en toda mi vida con una persona si no fuera por negocios o en su defecto por matarlo-
Lo mire antes de levantarme y recoger unas ramas para prender el fuego -me ayudas-dije sonriéndole tratando de parecer amable notando que no me salio muy mal ese gesto.

Me levanté para ayudarla a coger ramas tiradas por el suelo para hacer el fuego - La verdad es que no... tampoco pareces demasiado peligrosa - le contesté medio riendo - Pero eso tampoco es algo malo, es una especie de arma secreta. Nadie sospechará de que puedas llevar malas intenciones, o de que les puedas hacer daño - y eso era de lo más práctico si querías estar en la ciudad y no llamar sobre ti la atención de los reguladores.

Pero no eran difíciles de engañar, si pasabas por un ciudadano normal, o por alguien que quisiera recibir la cura en algún momento, aunque no demostrarlo con demasiado fervor, si tenías mi edad, entonces el resto de robotitos estaría convencido de que querías hacerlo porque el hecho de que la cura les pareciera algo maravilloso los tenía cegados y no se paraban a mirar los pequeños detalle - Si algo me ha enseñado que mi hermano lleve 4 años sobreviviendo en la ciudad, es que la gente se fía de las primeras impresiones. Los robotitos esos de detrás de la frontera más que cualquier otros

Seguí cogiendo ramas del suelo - Me alegro de que yo sea tu primera conversación entonces - le contesté riendo - Aunque yo tampoco soy Mr. Simpatía precisamente. Aunque no lo parezca - reí.

Trata de reír con el -eres agradable eso me gusta- siente un rojo pesado y caliente subir por su rostro sin ninguna razón se da la vuelta casi enfadándose con ella misma por decir aquellas palabras -me refiero a como eres no.. no eres un tipo que quiera matar o algo así o que este renegando muchas cosas, eres amigable y eso, eso es a lo que me refería por agradable- me volteo al sentir que ya se a bajado ese sentimiento y no lo veo, pienso que me va a estar observado y no por ahora podría aguantar esa mirada que solo una persona que eh amado me la dio -en fin esto ya esta- digo al ver las llamas danzar cesando a su ponto mas alto, hacia frió era la madrugada el día iba comenzado y era estresante aveces prender el fuego por que las llamas se apagaban, peo tal parece que esta vez no era así ya que nos dejo cocinar a la perfección el venado -ten- le di una pedazo e pato y yo la otra.

Para cuando las llamas se apagaron el frió gélido de la madrugada que daba pie al día comenzó a soplar, los labios estaban fríos y cuando me escuche mis dientes estaban castañeando, me acerque un poco al chico -eh sido carroñera desde que eh nacido casi todos los pocos integrantes de mi familia lo son, unos tienen la tarea de saquear al ejercito otro de... asaltar si se puede decir a otros carroñeros y otro de traer vivires a la casa, esa soy yo, Carley, un placer, no puedo decir que me no me guste mi vida, por que podría dejarla cuando quisiera con esa tal "cura" pero no quiero no es justo y no son buenos motivos por lo que ellos los del consejo quieren exterminarnos- cuando menos pense estaba adormilada por una sensación abrigadora,de pronto me encontraba recargada en su hombro con los ojos serrados y por primera ves en toda mi vida, esperaba no volverlo abrir y quedarme con esa sensación.

Cenamos tranquilamente, sin hablar demasiado, aunque no podía negar que me había gustado que pensara que yo era agradable, porque la verdad es que no era algo con lo que me encontrara a menudo, yo siempre había dido un bicho raro, solitario, callado y lo de que no me gustara que me tocaran no me había proporcionado el título de "Salvaje más amigable" estaba muy orgulloso de como era, pero a quién no le gusta que le regalen los oídos?

Empezó a amanecer y me dijo todo aquello, toda su vida en un puñado de frases, como si no tuviera importancia. Le iba a contestar cuando apoyó su cabeza en mi hombro y... tuve que luchar contra mis propios instintos para no separarme al punto más lejano que hubiera alrededor de la hoguera, al fin y al cabo hacía un frío que pelaba y no quería cargarme la imagen que tenía de mí ahora que me daba cuenta que no tenía demasiada gente que fuera amable con ella, también intenté calmarme y no estar tenso para que no notara lo poco que me gustaba en realidad que me tocaran, no es que tuviera nada contra ella o el resto del mundo que lo intentaba, era solo que no me gustaba que lo hicieran, había intentado buscar una razón muchas veces pero no había encontrado ninguna que me convenciera.

Mejor sigue hablando y olvídate de que estáis en contacto directo - me dije a mí mismo, el calor extra no venía mal - Ninguna vida puede ser tan mala como para querer pasar por eso voluntariamente - le dije, era justo lo que pensaba, nada... NADA podía ser tan horrible como para querer acabar con tu vida, ya fuera por dentro o por fuera - Yo también nací a este lado de la frontera, mis padres se vinieron desde la ciudad con mi hermano mayor antes de nacer yo, nunca estuvimos del lado de ningún bando y en unos días me iré a la ciudad con mi hermano, aunque todo el mundo dice que es una locura - le expliqué, pero aún así no le dije demasiado.

Trate de imaginar las cosas que estuvieran pasando por su mente trataba de analizar pero parecia que que entre mas pensaba mas me acostumbraba a ese calor, pero de inmediato que el termino de hablar me levante enseguida sosteniendo mis piernas colntra mi pecho, era cierto acaso lo que el gobierno decia los carroneros no podia amar, que ah ellos con ninguna cura los podrian salvar, que ellos estaban malditos desde que escogieron ese lado. No lo sabia no es que el amor que le tenia a mi hermano fuera suficiente para demostrar que un carronero podria ser diferente o es que solo era la mente enferma y retorcida de unos jovenes sin padres que tratavan de sobrevivir a la confinacion de personas que no nos querian por ser una escoria de lo wue quedaba de mundo.
-es ciero, cada quien sabe lo que quiere y lo que tiene- poco a poco me fui alejando de el involuntariamente hasta que escuche que el se iba a ir -pues solo queda desearte suerte- sonrei pesadamente y por alguna razon me peso decirlo, y entendia por que era un nuevo amigo o algo asi - me caes bien talvez por eso me duele decirte adios, eres el primero- esta vez si dolio decirlo y por alguna razon lss palabras " no te vallas se trababan en mi garganta"

Me sorprendió que empezara a separarse de mí, aunque no iba a impedir que lo hiciera ahora que recuperaba mi espacio vital por completo. Aunque me sorprendió más que me deseara suerte en lo que iba a hacer en lugar de los sermones que me echaban todos - Eres la primera que me desea suerte con esto - suspiré hondo, de forma casi frustrada porque odiaba que la gente estuviera intentando frenarme, y todo porque pensaban que no era lo suficientemente maduro como para ir allí sin levantar sospechas. Reconocía que había sido una decisión completamente unilateral, que Kaleb sólo se había enterado por la última carta que le había dejado en la ciudad y que no le había dado oportunidad a dar su opinión, pero sabía... era plenamente consciente de lo que hacía mi hermano y de lo importante de mantener su fachada intacta y yo no iba a ir allí a meterle en problemas o en la vida de Jack Frost, sólo quería que mi hermano no estuviera solo - Lo único que me dice todo el mundo es que es una locura, que le buscaré problemas a mi hermano y que debería quedarme y toda esa mierda... Odio que me digan lo que debo hacer - giré la cabeza y la miré medio sonriendo.

Era raro en mí sentir algo por alguien que no estuviera directamente relacionado con mi familia, la verdad, sólo me preocupaba por mi familia, pero había algo en ella, probablemente que por primera vez en mi vida alguien me tratara como a un igual en vez de como al pequeño de los Sanders, alguien al que había que proteger a toda costa como si el destino de la familia estuviera en mi manos, que hizo que no me gustara que me mirara con pena. Con cualquier otra persona no me habría importado. Eso debía ser aquello que la gente decía que era tener amigos.

-eres independiente puedes hacer lo que quieras, puede tomar tu decisiones a tu gusto y la verdad es que tu.. sabes lo que haces ¿no?- me le quede mirando y le correspondí su sonrisa melancólica, las palabras se trababan, como si me diera miedo -si sera arriesgado podrían atraparte los del consejo u otros carroñeros te atraparían a mitad del bosque pero, es tu decicion- quera decirle las trampas de los carroñeros su mañas todo lo peligrosos que podrían ser pero no podía, sabia que el quería que le dijera algo pero no podía -podría decirte toda esa basura de no vallas o no sobrevivirías con cualquier error, pero..- en ese instante agache mi mirada y no pude terminar -...pero cuídate en verdad eres mi.. amigo, si se puede decir y no me gusatria que te lastimaran- me levante sacudiendo mis pantalones y le tendí la mano -vamos quiero que recuerdes un lugar- sabia que dudaría pero aun así camine enseñándole un camino mas corto al lago.
Cuando llegue a la orilla me quede viendo el reflejo -este es mi lugar mas.. tranquilo en todo el mundo, es maravilloso, la tranquilidad, la paz que te da y sobre todo te deja pensar un cosa- lo mire -piensa bien las cosas que vas hacer ok, solo te pido eso, piensa muy bien lo que vas hacer y si quieres saber, cruzando este rio a dos o tres millas esta la ciudad- le sonríe como si le hubiera dado el resultado de una prueba peligrosa y era así, no tendría que pasar muchas pruebas para salir y a así había sido, lo ayude y no quería nada a cambio solo que me asegurara que iba a estar bien, por alguna razón me preocupaba solo eso -prométeme que vas a estar bien, sol eso y dejare, no te diré la mierda que te dicen los demás solo asegurame que saldrás bien de aquí-
Le sonreí tiernamente para luego mirar el lago -ven- lo tome de una mano y nos sentamos en la orilla de una cascada a unos kilómetros de ahí -esto si te hace creer- le sonreí y mire el cielo azul, me di cuenta que ya había amanecido y aunque debiera no quería regresar.

Se me olvidó que me tenía la mano cogida en cuanto vi aquel lugar. Era precioso y no me podía creer que nunca hubiera dado con él, pero la verdad es que nunca había pasado del cementerio.

Se me removió algo por dentro cuando me di cuenta de que de verdad se estaba preocupando por mí. La verdad es que no sabía que era que una desconocida se preocupara por mí, no lo que eres tener amigos. Siempre me había movido de forma solitaria por el bosque, me paraba a hablar con la gente si me hablaban a mí pero nadie parecía tener interés por el chaval que iba corriendo por el bosque, pero no me importaba, yo era así y estaba orgulloso, lo único que había necesitado siempre era a mi familia. Pero era agradable que otra gente se preocupara por ti.

- Iré con cuidado, te lo prometo - le dije sonriendo de medio lado, no tenía por que rendirle cuentas a nadie, no le había hecho semejante promesa ni a mi madre, aunque esperaba que mi madre me conociera lo suficiente como para que supiera que no era ningún temerario descerebrado, pero me parecía justo decírselo a ella. Al fin y al cabo apenas me conocía. Y eso me dio por pensar que debía de tener poca gente que la quisiera fuera de su familia, si después apenas dos horas me consideraba un amigo lo suficientemente importante como para precuparse por mi seguridad - Debes de tener poca gente que te quiera, si consideras a un desconocido un amigo por el que vale la pena preocuparse. Pero no te preocupes porque me está pasando lo mismo - le aseguré, no quería que se pensara que la estaba juzgando o que me parecía una loca. Yo tampoco tenía mucha gente que me quisiera de verdad, nadie en las Tierras Salvajes lo tenía y era irónico que fuera así cuando este lado de la frontera era la que tenía sentimientos.

"¡Eres un animal Isabella, tu no puedes amar tu eres un fenómeno, nadie te querrá, nadie lo hará y lo que haces con tu hermano será castigado si no es por las manos de los hombres será por el mismo dios que te odia, nadie estará en el lecho de tu muerte y sobre todo a nadie que en verdad le importe, eres una carroñera entiéndelo, nadie te amara y tu nunca podrás amar, ¿crees que lo que tienes con tu hermano es amor? es imposible, eso es una vulgaridad eso es una mentira de la mente retorcida de dos jóvenes que no saben por que están aquí, te odian Isabella, la gente te odia y tu los odias, por eso hagas lo que hagas, nadie, ni tan siquiera NADA te amara o por lo menos se preocupara" Las palabras poco a poco iban calando mi mente, iban dejando que el recuerdo de mi madre cuando yo mas o menos tuviera 8 años, entraran y saliera una y otra vez que casi no me dejaba escuchar al chico que me afirmaba que me prometía "pero que estupidez estas haciendo Isabella, que es acaso que no puedes ver lo que haces, era un mala personas, como es que puedes hacerle prometer a el algo que el siquiera quiere, que no lo vez que tu sola presencia no le gusta..." volteé a verlo y vi que estaba sentado a mi lado y por alguna razón todavía con mi mano entre la suya, es que acaso mi madre si tiene razón, "por supuesto que la tengo, eres una mounstro Isabella, eres un mounstro como yo, y los mounstro como yo siempre terminaran solos y muertos sin nadie como yo" -no tienes que prometerme nada si no quieres...- dije viendo al cielo , como si tratar de ver una salida en este -.. no soy nadie como para decirte estas cosa, y si tienes razón, me preocupó por que eres una amigo, pensé que si encontraba un amigo no cargaría con la conciencia de lo que soy y que talvez puniera cambiar..- súbitamente quito mi mano y la meto en mi chaqueta -pero soy lo que soy y se que gracias a lo que soy no tengo derecho de decir o sentir nada- "así esta mejo mi pequeña Bella odia, detesta a todo el mundo y no dejes que nadie ni nada pueda hacerte cambiar" -pero... a veces ya nos e ni lo que soy o lo que quiero, por lo menos tu tienes a tu familia, como dijiste en mi familia no hay muchos y casi consecuentemente no están en las casa por los trabajos que cada uno tienes y si, no tengo mucha compañía, por lo regula soy yo la que se queda en casa, pero eso no es justificación apara decir que este muy necesitada de amistad o de afecto, es solo que quiero...- las palabras se me esfumaron, como si un tipo grandote me hubiera sacado el aire de un golpe y de pronto ya no tuviera mas que decir, como si los mismo recuerdos se me atragantaran para que ya no dijera nada.
-solo tengo a una hermana y un hermano los dos mayores que no, y a pesar de la relación que lleve con ellos, no es suficinet para estar de pie, lose, se lo que dice el supuesto gobierno de nosotros los carroñeros, pero es solo una necesidad demostrar que no es así, que no somos así, pero en fin...- suspiro pesadamente y saco un poco de vapor -te deseo lo mejor- entonces veo a los lejos como el sol esta a su mayor resplandor poco a poco dejándome sin visibilidad, así que me levanto y me recargo en un árbol - creo que este es el momento que decimos adios no cres-sin embargo yo no quería, no quería decirlo, pero que irónico alguien mas en mi lo había dicho.

Ni siquiera me había dado cuenta de que no le había soltado la mano impresionado como estado con el paisaje delante de mí y lo que fuera que estaba creciendo dentro de mí y que me tenía desoncertado, aunque no fuera desagradable.

Escuché con atención todo lo que me dijo pero no me levanté cuando dijo que deberíamos irnos, no me gustaba que dijera que los carroñeros no eran capaces de querer a nadie por dos razones, la primera era que así el gobierno ganaba y no tenía ni que someterlos a la intervención, la segunda era que tenía miedo de que fuera cierto y que Kaleb se hubiera cerrado en banda a lo que sentía - Espero que no lo creas de verdad, porque entonces todo un bando de los que estamos aquí atrás habrá dejado ganar al gobierno, y ni siquiera habrá tenido que tocarlos - puede que esa fuera la lección que mi madre había intentado inculcarnos a mi hermano y a mí con más fuerza desde que éramos pequeños. Si dejábamos de sentir amor entonces seríamos como los habitantes de la ciudad, que siempre SIEMPRE había que querer algo, lo que fuera, porque eso te hacía seguir hacia delante y luchar, y para mí tenía el valor añadido de revelarme contra el gobierno, que siempre era sano.

-te juro que no lo creo me cuesta trabajo creerlo y pensar que es asi, pero aun asi no quiero el dedo del renglon que las personas nos jusgan de esa manera por mismo placer a sus tonterias y cosas que an formulado a lo largo del timepo- dije parandome con prepotencia -no quiero creerlo asi pero no hay nadie que me lo recuerde- suspire y lo mire -la verdad es que no se como es que quieres irte, talvez no es de mi incumbencia pero tienes familia y talvez no estas solo como para tomar esos riesgo, talevz con ellos estes seguro y aun asi decides irte- me sente de nuevo asu lado y le mire -te lo creria de mi, yo por lo conrtario no tengo el mejor ejemplo de hermanos en el mundo y aun asi no me quejo pero encambio de ti no tengo quien me recuerde que puedo ser buena persona y no solo un defecto de la sociedad, yo estoy sola, tengo que verme por mi misma, y tu, aunque te sientas sobre protegido, tienes a personas que podrian las manos al fuego por ti o que se sacrificarian por ti tus padres, tu ehrmano encambio- suspire la mañana y asenti mi respuesta por que no habia otra opcion mas que la que diria -yo estoy sola-