Vera Doherty-Greene

PERSONALIDAD

Bertolt Brecht escribió: Debilidades... No tenía ninguna, sólo una, que amaba.

Y desde la operación, ya no. Misántropa no reprimida. Devoradora de poder. Política, estratega, hija de puta por diversión. Ávida de retos, provocaciones, desafíos. Controladora compulsiva, reina del horror. Narcisista hambrienta de emociones en el sexo, con una enorme lista de parafilias: sadismo, voyeurismo, acrotomofilia, dacrofilia... etc, etc, etc.
Enigmática, oscura, ambigua. Perseverante, en su búsqueda del poder; abusadora. El fin justifica los medios. Los escrúpulos para los endebles. Maltratar por diversión, a aquel que no pueda defenderse. Dar su merecido, a aquel que va en contra de la ley.
Ambición incontrolada, caprichos insostenibles. Voluble. Elegancia y lengua afilada en el mismo pack, demasiada inteligencia para un ser tan depravado y ruin. Tan dedicado al mal y tan falto de compasión. La mujer del saco en tus pesadillas, y cuando corras, caerás en su abismo.
Con una sonrisa, hará que se te caigan las bragas.
"Dios me dió esta cara para ser amada, obedecida y lisonjeada. ¿Quieres que sea tu princesa oscura? ¿Quieres ser mi esclavo?"

HISTORIA

Fui encontrada el 9 de septiembre en un páramo yermo en mitad de la noche, durante una redada. En el informe, me identifican como inofensiva, especulan sobre mi edad y declaran que tengo dos años. Fui trasladada a Portland y antes de entrar en ese sistema de mierda de orfandad, James Doherty, alabado miembro del consejo y calzonazos sin igual, decidió ocuparse de mí. Para que os hagáis idea por qué, es porque con dos años era igual de adorable (o incluso más) que ahora. Cosas de la vida. Sí, eh, a partir de ahí mi vida fue lo que llamaremos normal, a pesar de una rivalidad incoherente por parte de mi madre adoptiva, la señora Aurelia Greene. Esa zorra mala era demasiado estúpida, creyendo que podría competir contra mí por el afecto de mi padre. Ésa, ésa era una batalla que había perdido desde el principio. Porque yo era la razón por la que James Doherty comía, vivía y respiraba. Era su luna, sol y estrellas. Siempre me quería a su lado, y por eso visité la sede del Consejo desde joven, enterándome de los entresijos que la política escondía. Por primera vez algo me ilusionó. La política es… mentira, sucia, taimada. Perfecta para mí. Un juego si fin que siempre me llama la atención. Un juego al que siempre gano. ¿No ves esta cara esculpida por los ángeles? Lamentablemente para algunos, la belleza es algo que influye en demasía a la hora de formarse una opinión, como ocurre conmigo. ¿No es fácil quererme? Después de todo, ¿no es peor ir contra mí? En fin, después de someterse esa operación, ridícula en mi (¿a quién podría llegar a querer tanto como me quiero yo?) ingresé en el consejo y he ido ganándome desde dentro, con métodos realmente sucios, a algunos de los miembros más influyentes. ¿No es el chantaje uno de los mejores inventos de la humanidad? Ahora soy una renombrada miembro del Consejo, poderosa y temida.
La vida puede ser maravillosa, ¿verdad?”