are going to have fun, I promise - Dei

- Había despertado hace ya hace unas horas, siendo sincera no había dormido mucho anoche, me ha costado un poco acostumbrarme a la nueva vida que me ha tocado, pero sé que pronto me acostumbrare totalmente, después de todo ya estaré en algún momento obligada a hacerlo, estaba sentada debajo de un árbol haciendo bocetos en mi cuaderno de dibujos que logre traer antes de mi escape junto a mi prima Dée, la verdad no se que haría sin mi sexy rubia a mi lado, como sea mi cuaderno jamás me lo olvidaría al igual que mi guitarra, esos eran algunos de mis pasatiempos más peculiares pues casi no tenía nada que hacer, además aquí no tenia obligaciones para nada, son como unas vacaciones, aunque unas no tan fáciles, después de todo siempre estábamos en peligro según me habían explicado y yo se lo dije a Dée, hay personas o gente que hay aquí que no sueles ser de esas en que uno puede confiar tranquilamente, estamos aquí sobreviviendo y hay algunos que harían cualquier cosa incluso matar para hacerlo, y en eso se destacaban los carroñeros, tanto tiempo estando aquí y aun no me he encontrado con ninguno, no sé si quisiera hacerlo, pero debo admitir que tengo curiosidad en ellos, todo lo que me han dicho sobre ellos que tenemos que cuidarnos aumento mi curiosidad notablemente-

- Observe el dibujo que estaba haciendo, era de mi antigua casa en la ciudad, aun la recordaba muy bien como si aun estuviese en ella, era tan conocida y tan extraña a la vez, no sabía cómo explicarlo pero debo admitir que suelo añorar aquel lugar, pero más por los víveres y cosas que se conseguían allí fácilmente, pues a mi familia no la extrañaba para nada, jamás me habían entendido y yo tampoco a ellos, me querían obligar a hacer esa operación que según mis cálculos debería hacerme en tan solo unos meses si seguía allí, ya que pronto seré mayor de edad con dieciocho años, la única que siempre me había entendido fue mi prima y siempre creeré que fue la mejor opción con quien fugarme, como pasa el tiempo, pareciera que ayer nomas éramos unas niñas haciéndole bromas a mi hermana mayor, oh como nos odiaba aquella mujer, deje escapar una pequeña risa al recordar aquellos divertidos momentos que pasamos y que ahora solo eran recuerdos hermosos, que será de mi familia y mi casa?, recuerdo que a Elena la operarían pronto para que no pudiese amar mas, pff que ridículo quien puede creer que amar de verdad es una enfermedad?, cualquiera que lo creyera era un o una ignorante, esperaba que ella se hubiese opuesto ante tal ridiculez, pero conociendo lo obediente que es con nuestros padres no era una muy posible opción, pero bueno me resigno a lo que a mí me ha tocado, me pregunto qué hubiese pasado si nunca me hubiese escapado, me hubiesen ''curado'' a mi también?, mi prima se hubiese escapado igual sin mi?, ya no seriamos como hermanas?, me llevaría mejor con mi hermana y el resto de mi familia si fuera así?, la verdad no me quiero ni imaginar una cosa así, no es muy probable que eso pasase, no me imagino jamás llevarme bien así con mi hermana, yo siempre la había visto como una muchacha malcriada y caprichosa y ella y el resto de mi familia como una asquerosa rebelde, lo cual siendo sincera admito serlo, y no me avergüenza-

- Demasiadas preguntas e ideas ya me habían generado con tan solo ver un dibujo, no debo dejar que el pasado influya en mi presente, ahora estoy en una nueva vida, una que por alguna razón la consideraba mejor a pesar de no tener todas las comodidades que tube en la anterior, pero sentía la libertad, esa libertad que siempre he deseado desde que era una niña, si, era completamente libre, no podía sentirme mejor, di los últimos retoques al dibujo para luego observarlo por última vez, me había quedado bien, si, bastante bien diría yo, deje mi cuaderno a un lado y me pare estirándome un poco, después de hacerlo volví a tomarlo y con él en mi boca trepe el árbol escondiéndolo allí, cuando lo hice observe el horizonte, una brisa fresca paso frente mío haciendo que moviese mi cabello, cerré mis ojos dejándome llevar por esa magnifica sensación, era realmente relajante, en el momento en que paro volví a abrir mis ojos y desde allí arriba observe el horizonte, el sol brillaba fuertemente y el canto de las aves se hacia oír, a lo lejos pude notar la playa, una amplia sonrisa se dibujo en mi rostro al pensar de que iría, baje de un salto de allí doblando mis rodillas ante el impacto, a estar abajo me observe, llevaba un short un poco sucio y rasgado y un top en las mismas condiciones, en mis pies unas simples zapatillas con las suelas gastadas, creo que jamás estuve en peores condiciones pero bueno me daba igual ahora, lleve mi cabello hacia atrás en un intento de cepillarlo un poco, después de eso empecé a caminar en dirección a las playas-

- Cada vez que me acercaba mas se sentía el viento que provenía de allí, además del inconfundible aroma del agua salada que estas contenían, el sol se hizo más visible, aunque unas nubes de lluvia parecían aproximarse a lo lejos, como sea el clima estaba ideal, me saque mis ojotas dejando que mis pies tocasen la arena, que agradable sensación, comencé a caminar hacia el agua, la toque con unos de mis pies, no estaba ni muy fría ni muy caliente estaba perfecta, decidida me metería en ella, me saque mi top pero no mi short y me metí en ella no sin antes cerrar bien la boca y los ojos pues lo que menos me gustaría es probar aquella agua salada, saque mi cabeza del agua y volvió a acomodar mi cabello ahora completamente mojado, me deje estar allí, sintiendo el agua a mí al rededor, sin ninguna clase de preocupación-

Me encontraba conversando con mi hermano acerca de la vida que llevábamos, sin duda no era la mejor de todas pero hacíamos lo posible para mantenernos con vida, eso era lo mas importante de todo. Mantenerse con vida en una ciudad donde el gobierno controla cada movimiento de los ciudadanos, cada mínimo movimiento y cada pequeño error que cometieran eran castigados severamente por ello. Tal vez nosotros éramos afortunados de que nuestros padres hayan decidido ir a vivir a Tierra Salvaje mucho antes de que naciéramos, nos dieron una oportunidad de luchar por lo que queríamos y mas que eso, lo mas importante de todo; ser libres. Y esa libertad que tenia gracias a su valerosa decisión, la atesoraba cada día de mi vida mientras me encontraba gozando de aquel derecho que yo suponía que toda persona debía poseer pero no era así, los tiempos han cambiado y el mundo ya no es como lo era antes. Conocí un mundo lleno de violencia y cubierto por sangre desde muy pequeño; vi a varias personas morir por aquel ideal… el amor. Muchos luchaban por mantener ese concepto y yo también lucharía ahora, lo conocí una vez y asi como lo tuve y goce de el por mucho tiempo, lo perdí por culpa del gobierno ¿Quiénes se creían para hacer lo que hacían? Sin duda ellos tenían un grave problema pero, para eso estábamos nosotros los de la resistencia. Ayudar y terminar con esa vida superficial que se le entregaba a las personas a penas cumplían la mayoría de edad.

Me separe de mi hermano, el debía ir a descansar por la condición de su corazón; habíamos pasado toda la noche despiertos velando por la seguridad del lugar donde nos encontrábamos refugiados. Dos días sin dormir por aquello y los días que se venían serian peor pero yo podía soportarlo, era fuerte, si se entiende esa descripción de fuerte lo soy mas que el, puedo soportar ese tipo de cosas sin inmutarme pero el no, es débil y debo mantenerme a su ritmo si no quería perderlo también a el. Lo deje dormir pero los rayos del día ya se acercaban y no podía estar sin hacer nada, tenia que seguir activo por el resto del día o seria demasiado inútil para superar a la noche. Salí a correr por el bosque, me movía con suma rapidez por toda esa zona pues la conocía a la perfección, se podría decir como la palma de mi mano, si, esa era la descripción perfecta para tal situación. Los pensamientos sobre la familia que perdí seguían llegando a mi mente como pequeños rayos, asi de inesperados; trataba de no pensar en mi padre pero me era imposible sacarlo de mi cabeza y de mis recuerdos, el recuerdo de su persona abandonados a mi y a mi hermano a nuestras suerte para ser —los años siguientes— perseguidos por los militares ¿Cómo una persona que tenia tu propia sangre corriendo por sus venas podía hacer algo como eso? Seguramente ahora se encontraba ayudando al gobierno a atrapar a los que se fugaron de la ciudad, maldito traidor. Sacudí mi cabeza ligeramente para quitar cualquier tipo de pensamiento referente a el de mi mente, no valía la pena siquiera pensar en el por un momento, realmente era una perdida de tiempo.

Sin darme cuenta, mis pies me encaminaron hasta la playa. Hermosa playa. Me quede admirándola por unos segundos antes decidirme a darme un pequeño chapuzón en sus aguas. Lo primero que hice fue quitarme las zapatillas que llevaba puesta, junto a las medias y dejarlas dentro de los zapatos; suspire ligeramente llevando la vista hacia el cielo; estaba despejado tal y como me gustaba, los rayos del sol no me molestarían mucho un día como hoy. Procedí a retirar la playera que llevaba puesta y fue cuando me percate del corte que tenia en el antebrazo izquierdo; por la enfermedad que tenia me era incapaz de darme cuenta de esas cosas, me impedía sentir cualquier tipo de dolor físico y, aunque para algunas circunstancias era algo que me beneficiaba por otro, simplemente podía estar desangrándome y no me daría cuenta de ello. El corte no era nada grave por lo que no me preocupe por ello; nada que el agua no pudiera borrar. Retire la ultima prenda que pensaba quitarme, los pantalones. Me quede en ropa interior y acomode toda mi ropa dejándola junta, cerca de la orilla para asi no perderla de vista. Mis pies tocaron la arena mojada y comencé avanzar de a poco hasta tener mi cintura cubierta por el agua de mar; la calma que este lugar te brindaba era realmente algo indescriptible pero en un sentido muy agradable, si que lo era…

Me sumergí en el agua nadando sin dirección alguna, solo dejándome llevar por mis instintos y a donde sea que me llevaran continúe moviendo mis brazos abriendo los ojos cada tanto para saber que no chocaría con alguna algo inesperado en el camino. Salí a flote para tomar un poco de aire antes de continuar nadando, era relajante hacerlo sin ningún tipo de preocupación en la mente, al menos por el momento eso era lo que me pasaba pero siempre estaba alerta por si algo pasaba a mi alrededor. Me sobe un poco los ojos y volví la vista hacia la orilla y fue cuando me di cuenta de la presencia de otra persona en la playa, ya llegaba a pensar que era la única persona en tan gran lugar durante la mañana. A primera vista no capto mi total atención, en lo absoluto, pero cuando comenzó a despojarse de sus prendas y avanzar hasta la orilla me percate que tenia algo que me resultaba totalmente familiar. ¿Qué es lo que seria? A medida que se aproximaba lo descubriría. Una sonrisa se formo en mis labios al percatarme de quien resulto ser esa persona — Hey...

cuerpo de inmediato, que bien se sentía, tire mi prenda cerca de la orilla donde había otras ropas que por alguna razón creí verlas antes, donde? no lo recuerdo para nada, y como siempre por lo despistada y desinteresada que era al principio decidí ignorarlo, mis ojotas habían quedado metros mas atrás y la verdad no tenía muchas ganas de ir a buscarlas pues en verdad tenía muchas ganas de meterme en aquella agua la cual era de un color azul cielo gracias al reflejo de este en ella, era una vista realmente hermosa-

- Me metí en el agua, que agradable estaba, hace mucho que no nadaba en una playa asi, olvide lo excelente que se sentía estar allí, pareciera que las preocupaciones no existiesen, como si fueras tu el único o única que existiese en todo el mundo y universo en ese momento, simplemente relajante, me sumergí en ese liquido frio cristalino y salado, nade un momento abajo de ella sin abrir los ojos pues sabía que si lo hacía enseguida me arderían por la sal que el agua tenia, lo único malo que podía encontrarle a este lugar, pues todo lo otro era perfecto, si perfecto, con todas las letras de la palabra, deje salir mi cabeza del agua aplanando así un poco mi cabello, lo acomode hacia atrás para tenerlo mejor y no me molestase, me deje recostar sobre el agua así logrando flotar, se me hacia fácil pero igual siempre estaba atenta conque no me llevase la corriente como una vez me había ocurrido de niña, fue algo inesperado para mi, recuerdo que me asuste un poco pero luego termine riéndome de la situación, todos esos momentos me hicieron sonreír, eran muy divertidos, siempre es divertido reírse de uno mismo de vez en cuando no?, como sea estaba completamente en mi mundo allí cuando de repente una voz masculina se hizo oír, había alguien mas allí?, quien?, quien sea que fuese me hizo pegar una especie de salto ante la sorpresa y como siempre que me asustaba en el agua me sumergí mientras giraba bajo ella, rara forma de reaccionar seguramente para cualquiera pero bueno así lo hacía yo, que mas da lo admito soy rara si, salí del agua y observe hacia adelante, mi cabello se me había vuelto hacia adelante nuevamente impidiendo mi visión, otra cosa divertida, había otra cosa que me pasase?, dios mío, volví a poner mi cabello hacia atrás así volviendo a recuperar mi campo de visión y observe a un muchacho, se me hacia conocido, rubio, de hermosos ojos, esos ojos si los recordaba de alguna parte, retrocedí un poco para observarlo mejor pues cuando salí del agua me había quedado bastante cerca de él, al alejarme un poco logre reconocerlo, una sonrisa se dibujo en mi rostro nuevamente seguido por una pequeña e inocente risa de esas que yo solía dar- Estas loco para asustarme así no es cierto?- volví a reír- Como has estado Dei?- dije dedicándole una sonrisa-

Me gustaba nadar. A pesar de todo, el estar en el agua, de alguna manera lograba calmarte o por lo menos relajarte lo suficiente para quedar tranquilo y quitar cualquier pensamiento sobre algún tipo de problema, por unos minutos lograba hacerlo y eso era lo que me gustaba al final de todo. Observe el cielo, el sol imponente en el alumbrando cada rincón de la playa en la cual me encontraba ahora mismo. Si fuera como las otras personas, el corte que me di con la rama me hubiese ardido mucho al entrar al mar pero gracias a mi condición no sentía absolutamente nada, eso era la parte positiva de la enfermedad pero por otra parte, podría desangrarme y jamás lo notoria, salvo que una persona me avisara de aquello, de lo contrario no. Divise a lo lejos la presencia de una chica, en un principio no le preste la atención debida pero en cuanto comenzó a acercarse por fin me di cuenta: Dacotta, si que la conocía y lo suficiente para saber cuales eran sus reacciones y comportamiento para conmigo y con los demás. Sonreí un poco al verla cerca.

Escuche sus palabras, he de admitir que me causaron gracia cada una de ellas; la mire por unos segundos examinando cada facción de su rostro, si bien ya lo conocía casi a la perfección era una costumbre mia hacer eso con cada persona que estaba frente a mi — Tu te asustas por todo Dacotta — sonreí un poco salpicándole un poco de agua directamente en la cara. Sacudí un poco la cabeza volviendo a frotar mis ojos levemente con la yema de mis dedos, un poco de agua entro dentro haciendo que el ardor se presenciara. Nuevamente sus palabras llegaron a mis oídos escuchando a su pregunta ¿Cómo estaba? Realmente no sabría como responder eso, si bien no me quejaba de la condición en la que me encontraba tampoco era la mejor de todas en estos instantes — Bien para variar… — le dije mirándola fijamente. Extendí un poco mis brazos a los lados antes de quedar flotando en el agua cerrando los ojos. Suspire un poco olvidándome por un momento de que me encontraba acompañado, siempre solía pasar y era algo normal.

Volví a abrir los ojos reincorporándome inmediatamente para acercarme a ella. Pose uno de mis codos sobre su hombro haciendo una leve presión solo para molestarla. Le sople un poco la cara hasta llegar a incomodarla — ¿Y que hay de ti? Seguro que me has extrañado — sonreí de lado observándola, hacia mucho tiempo que no nos veíamos y era un tanto extraño verla luego de ese periodo de tiempo. Pose mis dedos sobre su mejilla — ¿Te gusta tanto el agua como a mi? — pregunte, aunque realmente no era una pregunta mas que un comentario o un pensamiento en voz alta. Lleve la vista hacia mi antebrazo examinando el corte, la sangra ya no salía mas y eso era bueno, ya luego me daría el tiempo para tratar de poner vendas en la zona, si es que lo recordaba ya que solia olvidar las heridas rapidamente, las de los demas las tenia presente salvo las propias.