Felicity A. Sutherland

PERSONALIDAD

En Felicity se pueden encontrar varias cualidades que son bastante opuestas: aparenta ser dura, pero en definitiva también es frágil, se muestra intensa y a la vez fácil de llevar, es fuerte, pero también tiene aquel lado vulnerable que no muestra a cualquiera, lo que se vuelve seguro y peligroso. También es muy lógica, piensa las cosas y sus deducciones con normalidad suelen ser ciertas, pero por otra parte también se nota impulsiva e irracional.

No es fácil hacerle enfadar, mucho menos cuando le molestan para ello, del mismo modo, cuando se enfada no es capaz de estar más de algunos minutos enojada con alguien, porque o se le pasa rápidamente el enojo o termina olvidando el porqué de este. Nunca esperes que te diga lo que piensa, como está el día, lo hermoso que le parece o como se siente, por sencillamente estará bien, aunque en el fondo realmente no lo este.

Orgullosa y muy terca. Pocas veces logran cambiar su opinión respecto a las ideas que rondan su cabeza, las cuales tiene muy claras y se mantiene firme en ellas a pesar de las razones o las dificultades que pueda haber en contra, no cambia de opinión o actitud aunque se le den razones convincentes, cuando se le mete una idea en la cabeza no habrá nada que la haga cambiar de parecer. Es de una línea, sabe en lo que creer y se adhiere a ello, dispuesta a luchar por la causa que determine, con toda la pasión y el fervor que se vería en cualquier líder, incluso más.

Se ha vuelto un tanto fría más no distante, poco expresiva, y muy poco nostálgica. No se cree el centro del mundo, ni tiene la necesidad de serlo, sabe que vale por lo que es y no le importa mucho más. Posee pocos amigos, y poco interés en estos. A pesar de que no posee tantas amistades, las pocas que tiene son totalmente valiosas, en confianza quizás se muestre más cercana, pero no ha sucedido últimamente.

No teme enfrentar sus miedos y problemas, siguiendo firmemente siempre adelante, no agachara la cabeza ante nada ni nadie. Posee un coraje que muchas personas quisieran obtener, casi a prueba de balas, pues pocas cosas logran herirla. No tiene problema en decir lo que piensa ni mucho menos en reprochar cuando cree que algo está mal, pero de la misma forma en que suele decirte a la cara lo que piensa no se deja pisotear por nada, sin importar el género, seas hombre o mujer.

Hace lo que quiere la mayor parte del tiempo, viviendo el momento sin aceptar que nadie venga y se meta en sus asuntos, mucho menos haga comentarios sobre lo que debe o no hacer. Ella elige lo que quiere, sus metas, sus objetivos, sus ideas son nada más que de ella, quien decide sobre su vida sin dejarse influenciar por nada ni nadie. No soporta que le den ordenes, hazlo y veras como no te hará caso alguno. Aunque claro, ahora mismo, debe seguir las de alguien más para lograr llegar a su libertad.

Ama la libertad, la respeta, la disfruta, la necesita y así como le gusta gozar de ella, deja gozar a los demás. Atarse a las cosas no es algo a lo que ella aspire, a nada, ni nadie, lo que a la hora de entablar algún tipo de relación amorosa le dificulta, y si llega a sentirse de alguna manera acorralada, la lleva a no dudar en buscar una salida. Y tal como no pedirá explicaciones, mucho menos las dará. Sobre todo en su actual situación.

Su sentido de la responsabilidad se ha ido agudizando con el pasar de los años. Muy cumplidora y puntual. No le gustan las diversiones comunes, siendo muy austera en sus gastos y forma de vida. A los desconocidos los trata de manera distante, poco afectuosa, severa y convencional, es excesivamente rígida. No ha tenido relaciones estables con muchachos, si bien ha salido con varios y puede que lo siga haciendo, no está en sus planes involucrarse sentimentalmente con alguien, a no ser que se trate de él.

Reservada con sus emociones, le cuesta identificar lo que está pasando. Lo que hace que se encierre en sí misma y es de las que prefiere estar sola cuando algo le ocurre. Se caracteriza por ser alguien completamente independiente, se gana la vida por su cuenta. Inclinada siempre hacia la acción, ansiosa por vivir la experiencia máxima que le permita sentir lo vital que es. Su razón de ser es poder satisfacer esas ansias de excitación. Lo importante no es lo que hace sino cómo lo hace. ¿Va a burlarse del orden social a fin de salirse con la suya? ¿Calculará los riesgos? Su vida es provechosa y ciertamente interesante. Sin embargo, esto no deja de ser un verdadero problema, sobre todo para los demás.

HISTORIA

Nacida en Portland, Maine, bajo el seno de una más de las familias comunes del lugar. Un matrimonio típicamente conformado por un par de curados que fueron asociados unos cuantos años atrás y a quienes se le planeo la vida que hasta el momento, llevaban. El día de su nacimiento, Alexandra –pues así fue llamada- llego para llenar un cupo que estaba destinado para ella, y completar de esa manera la familia tipo de Portland, o el inicio de la misma.

Durante los siguientes años, su vida transcurrió con normalidad, más bien, con lo esperable para una niña pequeña, que en algún momento se sometería a la cura que ambos padres ya tenían. Inculcada en las creencias y valores, sobre la Deliria, y lo que podría causar en ella, creció sintiendo cierta reticencia hacia tierra salvaje. Pero no se le puede culpar, ¿Quién no la sentía?. No había nadie que no lo hiciera, más bien, no se conocían casos, no podían dar a entender esa postura.

Fue meses después de su sexto cumpleaños cuando todo cambio de forma radical. Una noche cualquiera, se llevó a cabo una redada en Portland, donde su padre participo, al ser integrante de las fuerzas armadas, tenía que estar junto a sus hombres y hacerle frente a lo sucedido. Y a partir de aquí es desde donde Alexandra poco recuerda.

Retazos de ese día se agolpan en su mente, que ha utilizado como medio de protección para no recordar lo que verdaderamente sucedió. Su madre, entró de golpe en su cuarto, haciéndola tomar sus cosas, iban a salir a dar un paseo, un juego más fue lo que le dijo. Y ella obedeció, como hasta el momento llevaba haciendo.

La oscuridad azotaba la ciudad, y su madre le dijo que mientras estaban jugando debía de mantenerse lo más callada posible o perdería. Como de fácil fue para ella seguir esas instrucciones, sobre todo si de aquello dependía su triunfo, se agarró firme de su madre y se mantuvo en silencio durante todo el trayecto.

Alexandra no sabe con exactitud como sucedió. De pronto, fue su padre quien la mantenía en uno de sus brazos y sostenía con el otro a su madre, quien había sido alcanzada por una bala. Fue entonces cuando aquel hombre, con una hija en brazos y una simpatizante a cuestas, su mujer decidió cruzar la alambrada, era eso o… él sabía muy bien que sucedería con ella. Era imperdonable y no lo iba a permitir.

Aquella redada estaba preparada como señuelo, la mujer no era la única que esa noche pretendía traspasar los límites de su ciudad para adentrarse en tierra salvaje, como ella, había más personas que debían de hacerlo. De esa manera, el hombre se encontró con otros, que, aun con escepticismo hacia él, le ayudaron con su mujer, la que pasados unos días no logro sobrevivir.

Al otro lado de la alambrada y a medida que crecía, la niña fue asociando aquella noche a actitudes de su madre durante sus años de infancia. La mujer sonreía a menudo, le cantaba cuando estaban solas e incluso le había enseñado a bailar, cosas que para ella tan solo eran parte de un juego pero que ahora comprendía lo que realmente era, una invalida, tal en lo que ella se convirtió.

En la actualidad, esa niña pequeña ya tiene diecinueve años, una vida conformada lejos de los límites establecidos en Portland, siendo una miembro fiel de la resistencia a la espera de ser partícipe de una que otra misión que pueda ayudar a cambiar las cosas. Viviendo en compañía de Silas, Cleo y Wes, ahora, su familia.