A la misma hora { Velkan}

Me di la vuelta del golpe al escuchar su voy y desconcentrarme. Mi rostro cambio completamente al verlo. Había algo en él que hizo apagar la llama que tenia contenida. Era evidente que lo que habíamos tenido alguna vez había terminado de cierto modo, lo cual había sido una gran pena. No iba negar Velkan era un hombre muy apasionado, pero el ser un salvaje y tener la mente en otro lugar, lo hacia menos interesante, contantemente estaba pensando en aquella mujer, si no fuera por ella las cosas hubiera sido diferentes. Gire los ojos ante su segunda frase, no tenia humor de trabajo había estado escapando de ellos, por algo estaba ahí. El no pasar la noche con él me estreso demasiado, sabía que a este paso de la noche terminaríamos hablando y no haciendo nada de lo que ya había planeado en mi cabeza. Lo mire con atención un tanto tensa, y ya de mal humor no tenía nada que ocultar me tenia sin cuidado si el sentía mi frialdad. Su forma tan posesiva de hablarme me gusto pero a la vez me alebresto. Me gustaba su imponencia a la hora del sexo, pero para hablarme u ordenarme cosas, me daban ganas de tomar la pistola que tenia en la mano y dispararle. Pero eso solo estropearía lo que ya había forjado, la confianza entre los salvaje, y es que él no era mi único objetivo.

- ¿Está muerta Velkan que no entiendes? Malgastas tu tiempo y te aferras a alguien que ya no tienes cerca, de qué sirve?- Dije enfadada mientras me acercaba a él, y golpeaba con fuerza su pecho, bueno con fuerza para mí pero para él era una simple palmada, ese cuerpo fuerte que poseía. Puse mi mano en el tronco y lo acorrale entre ambos, mientras acerca mi rostro al suyo para susurrarle al oído. - ¿Qué se supone que gano yo en todo esto Velkan? – le dije directa mirándolo fijamente sin temor alguno de su respuesta, de sus reacciones, de su agresividad, no tenia temor de él ni de nadie que se me enfrentara, podría matarlo si quisiera, destruirlo si quisiera, y no había nadie que me detenía. No me moví, no tome el arma, no le dispare. No tenía intenciones de hacerlo, y ganarme la enemistad de los demás salvajes, todo acabaría. Si mantenerlo feliz era llegar hasta esa mujer y sacar información de ella, tendría que ir personalmente hablar con ella. - ¿Y si la encuentro que quieres que haga?, ¿Qué la mate? ¿Qué llore por su muerte?- Le dije sonriendo mientras me separaba de él y lo dejaba a una lado, a veces era sarcástica y me encantaba disfrutarle ver sufrir, rabiar, miles de sentimientos unidos en uno solo. Verle perder la paciencia era lo mejor que había presenciado de Velkan, era cuando mas apasionado lograba tornarse, ahora la debilidad de saber donde estaba aquella mujer, lo hacía ver menos atractivo.

No pude evitar rodearme con mis brazos, calmar un poco el frio que comenzaba a darse por la noche. Las estrellas estaban brillantes y la luna parecía una pequeña sonrisa que se dibujaba en el oscuro cielo. Me acomode el cabello, y estire los brazos esperando cualquier otra cosa que saliera de los labios de Velkan, eso iba ser esa noche, yo corriendo hasta los Inválidos, y buscar a la mujer de la cual el……el estaba enamorado. Tanto era capaz un hombre por el amor, por ese cáncer que lo único que hacía era destruir. Era absurdo, había otras cosas mejores, tenía que haberlas.

- Mira quien lo dice, una mujer que carece de sentimientos, es lo mismo que estar muerto – Dije con frialdad apartando con violencia sus manos de mi pecho. No era lo que deseaba escuchar, mucho menos aceptar. Debía encontrarla, aferrarme a perderla era algo fuera de las opciones. ¿Y si era cierto? Tenía más posibilidad de estar muerta. La conciencia me estaba jugando una mala pasada nuevamente. Odiaba esos pensamientos, deseaba olvidarme de todo y vivir como si nada, ojala pudiera superar una posible perdida. Este tema realmente me sacaba de quicio, aparecía lo peor de mi, esa bestia que solo buscaba desahogar su furia causando mal ajeno. Odiaba tener que lidiar con esto, a veces mis acciones eran guiadas por la ira, no tenia control. Mantuve la distancia, no quería golpearla, seria el primer impulso que surgiría si continua con la idea que no aceptaba.

Mi fría mirada reflejaba lo que sentía, un odio rotundo. Era mejor no provocarme en estas condiciones, realmente no era yo - ¿A que te aferras tu? – Dije con seriedad. Ella era la menos indicada para hablar de estas cosas. Un regulador no sentía nada, estaba solo para controlar. Era un simple esclavo del consejo, su sirviente, tan inservible e incompetentes. Me encontraba a la defensiva, y suponía que Raven no iba a bajar los brazos por nada, mucho menos se iba a intimidad por mi hostilidad repentina. Eso era admirable en ella, hacia frente a cualquier cosa sin importar las consecuencias. Me agradaba - No sientes nada, no compres lo que siento ahora. Solo haz lo que te pido, no empeores mi estado de humor ¿Es mucho pedir? – Hable intentando calmarme. Camine junto a ella, superando su ubicación. Me recosté sobre un tronco caído algo húmedo. No me interesaba, solo quería terminar con todo esto.

Descanse mi mirada en el suelo un momento, como si estuviera algo perdida en mis pensamientos. A los segundos regresa a observarla ¿Cómo podía pagarle? No tenía mucho para ofrecer, ni siquiera le había pedido un trabajo elaborado - ¿Qué quieres a cambio de un simple trabajo Raven? Si no lo quieres hacer dilo, buscare otra forma – Ya me estaba impacientando de nuevo, aquella mujer podía cambiar mis estados de ánimo constantemente - Di lo que quieres, no tengo toda la noche y seguramente algún idiota del consejo está alarmado por tu ausencia –