Conectarse
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 4 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 4 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 71 durante el Vie Sep 27, 2024 8:13 pm
Titulo aquí
|
I
II
III
IV
V
VI
|
Aquí contenido de la pestaña 1
Aquí contenido de la pestaña 2
Aquí contenido de la pestaña 3
Aquí contenido de la pestaña 4
Aquí contenido de la pestaña 5
Aquí contenido de la pestaña 6
Haciendo cálculos {Leah}
2 participantes
Página 1 de 1.
Haciendo cálculos {Leah}
Volví a mirar para todos lados como había hecho antes y guardé mi libro lentamente en mi bolso, porque bien sabía que leer esa clase de textos -una novela vieja- no estaba permitido. Novelas que expresaran sentimientos no eran bien vistas, todos aquellos personajes enamorados estaban enfermos. A mi no me parecía así. Me gustaba, más bien.
Caminé lentamente y fui hacia donde tenía pensando ya hace mucho tiempo: cerca de las torres de vigilancia. Ahí, muy cerca estaba la frontera y si quería escaparme tenía que buscar la forma de ver por dónde podría hacerlo. Pero vaya que ese lugar tenía mucha seguridad. Estaba diseñado para animales salvajes, no para humanos. Aunque si lo pensaba, para los del consejo los de la resistencia eran eso: animales enfermos. Bien, ese no era del todo mi asunto.
Me acerqué más al lugar y noté arriba, en la torre, dos hombres con grandes armas en sus manos con total cara de concentración. Apa, hacían bien su trabajo. Avancé más y me detuve a unos cuantos metros de la torre... con la mirada hacia el gran alambrado, que separaba la ciudad del bosque. Mi mirada se perdió en la belleza verde de los árboles y en la oscuridad que se veía más allá, entre las malezas. Me acerqué un poco más pero por instinto me detuve sola. Miré hacia arriba y observé como los guardias me observaban con cuidado. Para ellos yo no debía ser más que otra curiosa.
Puse más manos a mis costados y aferré con fuerza mi vestido azul. Respiré y calculé la altura de ese alambrado. No, estaba muy alto, no podría escapar yo sola por ese lugar... Giré y fui hacia una pared para apoyarme y pensar en cómo saldría de allí, antes de ser intervenida y eso tenía que ser lo antes posible.
Caminé lentamente y fui hacia donde tenía pensando ya hace mucho tiempo: cerca de las torres de vigilancia. Ahí, muy cerca estaba la frontera y si quería escaparme tenía que buscar la forma de ver por dónde podría hacerlo. Pero vaya que ese lugar tenía mucha seguridad. Estaba diseñado para animales salvajes, no para humanos. Aunque si lo pensaba, para los del consejo los de la resistencia eran eso: animales enfermos. Bien, ese no era del todo mi asunto.
Me acerqué más al lugar y noté arriba, en la torre, dos hombres con grandes armas en sus manos con total cara de concentración. Apa, hacían bien su trabajo. Avancé más y me detuve a unos cuantos metros de la torre... con la mirada hacia el gran alambrado, que separaba la ciudad del bosque. Mi mirada se perdió en la belleza verde de los árboles y en la oscuridad que se veía más allá, entre las malezas. Me acerqué un poco más pero por instinto me detuve sola. Miré hacia arriba y observé como los guardias me observaban con cuidado. Para ellos yo no debía ser más que otra curiosa.
Puse más manos a mis costados y aferré con fuerza mi vestido azul. Respiré y calculé la altura de ese alambrado. No, estaba muy alto, no podría escapar yo sola por ese lugar... Giré y fui hacia una pared para apoyarme y pensar en cómo saldría de allí, antes de ser intervenida y eso tenía que ser lo antes posible.
Última edición por Gwen E. Monaghan el Dom Sep 30, 2012 12:05 am, editado 1 vez
Gwen E. Monaghan- Mensajes : 227
Fecha de inscripción : 21/08/2012
Edad : 32
Re: Haciendo cálculos {Leah}
Para Leah aquello era tal riesgo que le dejaba sin aliento, de manera literal. Se había puesto tan nerviosa en aquella improvisada aventura que aquella era la tercera vez que acercaba el inhalador del asma a sus labios para aspirar con fuerza y recuperar el aliento. Esta vez tuvo que pararse, al final se había dando cuenta de que lo había conseguido y estaba aterrada.
La torres de vigilancia se erguía poderosas frente a ella. Había vivido en Portland sus 19 años, pero siempre le habían parecido estampas diminutas y lejanas en el recorte del horizonte la ciudad. Nunca jamás se había atrevido a acercarse tanto, y desde ese lugar bajo una de las torres, eran muchísimo más grandes de lo que la muchacha se pudo haber imaginado nunca. Por el lugar corría una brisa que se filtraba desde el otro lado de la alambrada, aquello le obligó a arrugarse dentro de su chaqueta para protegerse del escalofrío que sintió.
No iba a escapar. No en aquel momento y muy probablemente por muchas dudas que sintiera, no lo haría nunca porque no era el tipo de persona valiente que se enfrenta a esas cosas. Intentaba convencerse a sí misma mientras notaba como fruto del inhalador y de la brisa sus pulmones se abrían e iban recuperando su capacidad normal, solo era curiosidad, la curiosidad no hacía daño a nadie ¿verdad?.
Se lo preguntaba mientras alzaba la mirada y veía a los guardas armados que patrullaban la zona. Y aunque estaba mal, un destello de admiración hacía todos los que huían inundó su corazón. Y entonces fue cuando la vio.
No supo como, pero se encaminó hacia aquella muchacha que se escabullía por alrededor de la torre acercándose más y más al vallado. Por un momento creyó que sabía como se sentía aquella chica, creyó que la comprendía perfectamente y se acercó a ella más y más con esa sonrisa acogedora que solía tener por naturaleza. Pero el miedo se apoderó de ella una vez más al tenerla en frente - "y si es una futura inválida" - pensó para sí y notó como de nuevo le faltaba el aire. Y se vio allí, de pie como una estúpida de nuevo inhalando de su aparato para el asma, mirando a la muchacha con los ojos muy abiertos y maldicéndose a sí misma mientras se preguntaba por qué una buena chica como ella había llegado a un punto como aquel. - Leah... - murmuró al separarse el inhalador de los labios, claramente no sabía que decir en un momento como aquel.
La torres de vigilancia se erguía poderosas frente a ella. Había vivido en Portland sus 19 años, pero siempre le habían parecido estampas diminutas y lejanas en el recorte del horizonte la ciudad. Nunca jamás se había atrevido a acercarse tanto, y desde ese lugar bajo una de las torres, eran muchísimo más grandes de lo que la muchacha se pudo haber imaginado nunca. Por el lugar corría una brisa que se filtraba desde el otro lado de la alambrada, aquello le obligó a arrugarse dentro de su chaqueta para protegerse del escalofrío que sintió.
No iba a escapar. No en aquel momento y muy probablemente por muchas dudas que sintiera, no lo haría nunca porque no era el tipo de persona valiente que se enfrenta a esas cosas. Intentaba convencerse a sí misma mientras notaba como fruto del inhalador y de la brisa sus pulmones se abrían e iban recuperando su capacidad normal, solo era curiosidad, la curiosidad no hacía daño a nadie ¿verdad?.
Se lo preguntaba mientras alzaba la mirada y veía a los guardas armados que patrullaban la zona. Y aunque estaba mal, un destello de admiración hacía todos los que huían inundó su corazón. Y entonces fue cuando la vio.
No supo como, pero se encaminó hacia aquella muchacha que se escabullía por alrededor de la torre acercándose más y más al vallado. Por un momento creyó que sabía como se sentía aquella chica, creyó que la comprendía perfectamente y se acercó a ella más y más con esa sonrisa acogedora que solía tener por naturaleza. Pero el miedo se apoderó de ella una vez más al tenerla en frente - "y si es una futura inválida" - pensó para sí y notó como de nuevo le faltaba el aire. Y se vio allí, de pie como una estúpida de nuevo inhalando de su aparato para el asma, mirando a la muchacha con los ojos muy abiertos y maldicéndose a sí misma mientras se preguntaba por qué una buena chica como ella había llegado a un punto como aquel. - Leah... - murmuró al separarse el inhalador de los labios, claramente no sabía que decir en un momento como aquel.
Leah V. Capadoccia- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 26/09/2012
Edad : 31
Re: Haciendo cálculos {Leah}
¡Carajo, carajo, carajo! -no era capaz de pensar peores palabras que esas, era una dama educada-. Pero qué frustrada estaba, sentía que estaba jugando alguna clase de juegos de ingenio, buscando la forma posible para salir de Portland. Miré a los guardias allá arriba en sus puestos de trabajo y luego bajé la cabeza relajada cuando noté que una chica se acercaba y luego me hablaba. ― ¿Disculpa?― mencioné algo distraída y me acerqué un poco a la chica que tenía en su mano un inhalador para el asma, o algo así. Caí tarde en que me había dicho su nombre, nada más ni nada menos. No era común que las personas socializaran de esa forma, más bien allí casa quien hacía su vida e iba por su lado, no todos podían decir "tener amigos", solo unos pocos afortunados.. Yo no tenía un amigo siquiera, en serio. ― Ah, soy Gwendoline Monaghan, Leah.― dije mi nombre completo como bien me habían educado mis padres, con voz serena y elegante, mientras le extendía mi mano para estrechar la suya.
Leah era una chica que a simple vista me había caído bien. Tenía un rostro muy juvenil y la ropa que llevaba era genial realmente, tendría que copiar esa pulsera que tenía en su mano izquierda, era bella. Además tenía una sonrisa brillante, como eran la de los incurados. Era fácil separar quién era un curado de quién no, solo bastaba con verlos reír o hablar. ― Creo que es muy extraño que dos chicas como nosotras estemos por aquí, ¿no crees? Pero nadie dijo que no estaba permitido.― comenté tratando de ser simpática con ella, y mostrando una sonrisa aunque con un poco de preocupación ya que con la joven allí no podría seguir pensando en algún escape.
Leah era una chica que a simple vista me había caído bien. Tenía un rostro muy juvenil y la ropa que llevaba era genial realmente, tendría que copiar esa pulsera que tenía en su mano izquierda, era bella. Además tenía una sonrisa brillante, como eran la de los incurados. Era fácil separar quién era un curado de quién no, solo bastaba con verlos reír o hablar. ― Creo que es muy extraño que dos chicas como nosotras estemos por aquí, ¿no crees? Pero nadie dijo que no estaba permitido.― comenté tratando de ser simpática con ella, y mostrando una sonrisa aunque con un poco de preocupación ya que con la joven allí no podría seguir pensando en algún escape.
Gwen E. Monaghan- Mensajes : 227
Fecha de inscripción : 21/08/2012
Edad : 32
Re: Haciendo cálculos {Leah}
Guardó cuidadosamente su inhalador en el bolsillo trasero de su pantalón, tras estrechar la mano de aquella chiquilla rubia que respondía al nombre de Gwen. Sonrió, o al menos lo intentó cuando la chica se presentó tan educadamente, se sintió identificada de inmediato, durante su infancia había pasado horas y horas ensayando modales y respuestas cordiales con su madre. "Nunca subestimes el poder de ser una dama educada", decía ella constantemente, pero tanto a Leah como a su hermana aquella frase les provocada una pequeña risotada contenida entre los labios.
Notaba sus mejillas arder, por los nervios y por las sucesivas veces que durante aquella estúpida escapada se había quedado sin aliento. Cualquiera que no la conociera, como por ejemplo Gwen, podría pensar que era de esas personas que usaba excesivo maquillaje; aunque la fachada caería si lograba tranquilizarse.
Volvió a sonreír ante las palabras de la chica, de alguna manera, la naturalidad con la que ella supo llevar ese extraño momento consiguió templar un poco sus nervios. Su corazón iba a seguir fluyendo adrenalina por sus venas, simplemente por el hecho de estar tan cerca del alambrado que separaba a los unos de los otros. A lo que decían que era el bien del mal, ¿habría más personas como ella, que se sentía por ahora en tierra de nadie?.
Mordió su labio delicadamente, sopesando si su madre le enseñó alguna educada frase para un momento así. Quiso ser sincera, le hubiera apetecido decir que no tenía ni idea de que hacía allí pero que sus pasos la dirigieron a las torres de vigilancia y tenía que ver que había más allá con sus propios ojos aunque fuera una vez. No podía hacer eso, lo que sí había aprendido bien a lo largo de los años era que no se destacaba ni se confiaba en nadie de primeras. - No esperaba encontrar nadie por aquí. - comentó con una voz que después de tanto inhalar sonó más ronca de lo que esperaba. - Es extraño, supongo, no se si mucha gente suele visitar este lugar. Es solo que... ya sabes, quería verlo con mis propios ojos. - finalmente sopesó que no le comprometía a nada decir aquello. No pensaba escapar, ¿por qué estaba tan nerviosa entonces?.
Alzó la vista, porque aunque no fuera real, sentía como la mirada los vigilantes que montaban guardia se clavaba en su nuca. - Aunque creo que no fue buena idea... - dijo finalmente, componiendo una sonrisa entre triste y nerviosa. ¿Qué haría Gwen allí?.
Notaba sus mejillas arder, por los nervios y por las sucesivas veces que durante aquella estúpida escapada se había quedado sin aliento. Cualquiera que no la conociera, como por ejemplo Gwen, podría pensar que era de esas personas que usaba excesivo maquillaje; aunque la fachada caería si lograba tranquilizarse.
Volvió a sonreír ante las palabras de la chica, de alguna manera, la naturalidad con la que ella supo llevar ese extraño momento consiguió templar un poco sus nervios. Su corazón iba a seguir fluyendo adrenalina por sus venas, simplemente por el hecho de estar tan cerca del alambrado que separaba a los unos de los otros. A lo que decían que era el bien del mal, ¿habría más personas como ella, que se sentía por ahora en tierra de nadie?.
Mordió su labio delicadamente, sopesando si su madre le enseñó alguna educada frase para un momento así. Quiso ser sincera, le hubiera apetecido decir que no tenía ni idea de que hacía allí pero que sus pasos la dirigieron a las torres de vigilancia y tenía que ver que había más allá con sus propios ojos aunque fuera una vez. No podía hacer eso, lo que sí había aprendido bien a lo largo de los años era que no se destacaba ni se confiaba en nadie de primeras. - No esperaba encontrar nadie por aquí. - comentó con una voz que después de tanto inhalar sonó más ronca de lo que esperaba. - Es extraño, supongo, no se si mucha gente suele visitar este lugar. Es solo que... ya sabes, quería verlo con mis propios ojos. - finalmente sopesó que no le comprometía a nada decir aquello. No pensaba escapar, ¿por qué estaba tan nerviosa entonces?.
Alzó la vista, porque aunque no fuera real, sentía como la mirada los vigilantes que montaban guardia se clavaba en su nuca. - Aunque creo que no fue buena idea... - dijo finalmente, componiendo una sonrisa entre triste y nerviosa. ¿Qué haría Gwen allí?.
Leah V. Capadoccia- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 26/09/2012
Edad : 31
Re: Haciendo cálculos {Leah}
Estábamos una distancia prudencial de alambrado, pero Leah se veía muy nerviosa tanto que se le notaba en el rostro y yo no me había dado cuenta a la primera por mi distracción. Yo estaba nerviosa también, pero tranquila porque bien sabía que si guardaba distancia con la tierra salvaje los de la torre de vigilancia no me dirían nada, nada me pasaría mientras no cruzara la línea de límite permitida.
― Cierto. La gente procura no acercarse, pero de vez en cuando más de uno tiene esas curiosidades que tú estás teniendo ahora.―yo no le diría para qué estaba en ese lugar. Si lo hacía ella podía asustarse y delatarme. No le mencionaría nada que de que pensaba marcharme de Portland a una desconocida, por más rostro confiable que tuviera. ― Mi caso es parecido. Estoy por ser una curiosa más del resto... Aunque no me agradan esos militares que miran mal... ― señalé hacia arriba a aquellas personas. Lo curioso era que no solo eran hombres sino mujeres uniformadas con armas dispuestas a disparar a la menor amenaza.
No le encontraba la vuelta, no había forma posible de escapar por allí. Tenía que volverme invisible para poder huir pero también sabía perfecto que los salvajes cruzaban a Portland, por lo tanto, la vigilancia debía de tener alguna falla, algún momento de descuido...Pero me costaría muchisimo darme cuenta porque no podía estar todo el día ahí mirando, aparte de que no era la única zona por la que los salvajes pudieran cruzar. ― Pasear por aquí está permitido mientras no crucemos esa linea.―además habían algunas residencias alrededor. ― Pero mis padres no deben enterarse que estoy por estos lares sino me matan.― le hablé riendo un poco. Sí, me matarían de solo saber que estaba por allí.
― Cierto. La gente procura no acercarse, pero de vez en cuando más de uno tiene esas curiosidades que tú estás teniendo ahora.―yo no le diría para qué estaba en ese lugar. Si lo hacía ella podía asustarse y delatarme. No le mencionaría nada que de que pensaba marcharme de Portland a una desconocida, por más rostro confiable que tuviera. ― Mi caso es parecido. Estoy por ser una curiosa más del resto... Aunque no me agradan esos militares que miran mal... ― señalé hacia arriba a aquellas personas. Lo curioso era que no solo eran hombres sino mujeres uniformadas con armas dispuestas a disparar a la menor amenaza.
No le encontraba la vuelta, no había forma posible de escapar por allí. Tenía que volverme invisible para poder huir pero también sabía perfecto que los salvajes cruzaban a Portland, por lo tanto, la vigilancia debía de tener alguna falla, algún momento de descuido...Pero me costaría muchisimo darme cuenta porque no podía estar todo el día ahí mirando, aparte de que no era la única zona por la que los salvajes pudieran cruzar. ― Pasear por aquí está permitido mientras no crucemos esa linea.―además habían algunas residencias alrededor. ― Pero mis padres no deben enterarse que estoy por estos lares sino me matan.― le hablé riendo un poco. Sí, me matarían de solo saber que estaba por allí.
Gwen E. Monaghan- Mensajes : 227
Fecha de inscripción : 21/08/2012
Edad : 32
Re: Haciendo cálculos {Leah}
Sentía la garganta seca, aunque cuando más tiempo respiraba con normalidad mejor se encontraba. Poco a poco sentía como el calor de sus mejillas se hacía más sutil y deseo de veras que se le pasara el color y de ellas y volviera a ser normal. Casi por instinto imitó un poco a Gwen, alejándose del alambrado un poco más, aunque por el miedo que le causaba simplemente el hecho de estar en aquel lugar nunca había llegado a estar cerca del alambrado.
La verdad es que estaba dando gracias no haberse encontrado con alguien más agresivo o desagradable. Gwen le hacía sentir un poco más cómoda y parecía que ambas tenían un sentimiento parecido al respecto de estar allí. Sólo que la chica parecía mucho más tranquila que ella misma, Leah no pudo evitar preguntarse si habría estado alguna vez allí antes.
Revolivó un poco su melena clara, para colocarse tras la oreja. - Odio los vigilantes. - apenas lo dijo en un susurro, pero supo que su compañía la habría escuchado. - Se que son necesarios para que no se arme una guerra, pero me no solo me asustan si no que me hacen sentir muy incómoda. - no supo por qué estaba siendo tan sincera con aquella chica, pero así era ella, demasiado sencilla como para urdir mentiras.
Se mordió el labio un momento, mientras trataba de evitar mirar de nuevo hacia arriba por miedo a encontrarse con la mirada de uno de esos hombres o mujeres armados. Sus ojos paseron por el alto alambrado, no era demasiado ancho, pero se extendía hacia más allá de lo que alcanzaba su vista, también tenía púas en lo alto y seguro que estaba electrificado. - No lo entiendo, parece imposible salir... - se le volvió a escapar, no es que ella planeara huir, claro que no ¿verdad?, es que le parecía simplemente imposible y no puedo evitar decirlo en alto.
Al final rió ante el comentario y la risa fina y cálida de Gwen - Tu secreto está a salvo, espero que no conozcas a ningún Capadoccia y si los conoces, jamás les digas que nos conocimos frente al alambrado o yo tampoco duraría más de dos minutos. - ¿por qué todos eran tan insistentes en que deberían permanecer a este lado?, ¿no se daban cuenta de que de esa manera hacían mucho más atractivo el hecho de no someterse a la operación?.
La verdad es que estaba dando gracias no haberse encontrado con alguien más agresivo o desagradable. Gwen le hacía sentir un poco más cómoda y parecía que ambas tenían un sentimiento parecido al respecto de estar allí. Sólo que la chica parecía mucho más tranquila que ella misma, Leah no pudo evitar preguntarse si habría estado alguna vez allí antes.
Revolivó un poco su melena clara, para colocarse tras la oreja. - Odio los vigilantes. - apenas lo dijo en un susurro, pero supo que su compañía la habría escuchado. - Se que son necesarios para que no se arme una guerra, pero me no solo me asustan si no que me hacen sentir muy incómoda. - no supo por qué estaba siendo tan sincera con aquella chica, pero así era ella, demasiado sencilla como para urdir mentiras.
Se mordió el labio un momento, mientras trataba de evitar mirar de nuevo hacia arriba por miedo a encontrarse con la mirada de uno de esos hombres o mujeres armados. Sus ojos paseron por el alto alambrado, no era demasiado ancho, pero se extendía hacia más allá de lo que alcanzaba su vista, también tenía púas en lo alto y seguro que estaba electrificado. - No lo entiendo, parece imposible salir... - se le volvió a escapar, no es que ella planeara huir, claro que no ¿verdad?, es que le parecía simplemente imposible y no puedo evitar decirlo en alto.
Al final rió ante el comentario y la risa fina y cálida de Gwen - Tu secreto está a salvo, espero que no conozcas a ningún Capadoccia y si los conoces, jamás les digas que nos conocimos frente al alambrado o yo tampoco duraría más de dos minutos. - ¿por qué todos eran tan insistentes en que deberían permanecer a este lado?, ¿no se daban cuenta de que de esa manera hacían mucho más atractivo el hecho de no someterse a la operación?.
Leah V. Capadoccia- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 26/09/2012
Edad : 31
Re: Haciendo cálculos {Leah}
Leah parecía simpática, de esas chicas con mi estilo -por llamarlo de alguna forma- con la que podría hablar de lo que sea y nos interesaría a las dos. Bueno, lo que sea que estuviera permitido, porque no podía mencionar nada que la hiciera dudar de mi. Había aprendido a tener esos cuidados con el tiempo, y tras esto había evitado hacer amistades. No tenía muchos amigos, solo dos pero eran buenos amigos.
Su comentario de que odiaba los vigilantes me hizo observarla con curiosidad. Otras chicas que había conocido en mi instituto decían -la gran, gran mayoría- que debían haber más, no solo reguladores sino militares también en las calles, que fueran más estrictos. Obviamente eran chicas completamente educadas con pensamientos de curados, de allí a sus palabras pero era la primera vez que me cruzaba con un joven como Leah que expresaba lo contrario. ― Hacen su trabajo. Pero muchas veces es como si estuvieran esperando a los jóvenes crucen si su autorización... Creo que tienen ganas de matar.― bromeé un poco pero estaba siendo sincera a la vez porque a veces sí parecían locos con ganas de matar.
Que era imposible salir, largó Leah. Sonreí de lado y por mi cabeza cruzó la idea de que al parecer ella también lo había pensado, quizá no consciente pero lo había pensado. ― No es del todo imposible, supongo. He oído que gente cruza del bosque a Portland... Pero no sé de muchos casos donde sucede al revés.― afirmé pensativa, aferrando un poco mis manos a mi vestido. ¡Qué curiosidad tenía! Qué ganas de marcharme y ver qué había más allá, mi imaginación era mucha pero deseaba que fuera superada, aunque para eso tendría que marcharme primero... ― Capadoccia...― mencioné en voz baja mientras la observaba. Ese apellido sonaba mucho en mi casa y además lo había escuchado en alguna fiesta del consejo. Quizá Helmunt Capadoccia, el científico. Sí, quizá ella era su hija y además conocía a su hermano por comentarios de mi hermana Megan, ambos trabajaban juntos como reguladores. ― Será el secreto de ambas. Creo conocer a tu familia, y si estoy en lo correcto, deben ser igual de estrictos que la mía.― le dije sonriendo, sin ninguna preocupación ya. Observé hacia arriba y le ofrecí caminar para hablar, lejos de las torres de vigilancia. Ya me estaban poniendo nerviosa que observaran todo el tiempo como si quisiéramos robar o cruzar. No lo haríamos, al menos no lo primero. Y lo segundo tampoco, por ahora.
Su comentario de que odiaba los vigilantes me hizo observarla con curiosidad. Otras chicas que había conocido en mi instituto decían -la gran, gran mayoría- que debían haber más, no solo reguladores sino militares también en las calles, que fueran más estrictos. Obviamente eran chicas completamente educadas con pensamientos de curados, de allí a sus palabras pero era la primera vez que me cruzaba con un joven como Leah que expresaba lo contrario. ― Hacen su trabajo. Pero muchas veces es como si estuvieran esperando a los jóvenes crucen si su autorización... Creo que tienen ganas de matar.― bromeé un poco pero estaba siendo sincera a la vez porque a veces sí parecían locos con ganas de matar.
Que era imposible salir, largó Leah. Sonreí de lado y por mi cabeza cruzó la idea de que al parecer ella también lo había pensado, quizá no consciente pero lo había pensado. ― No es del todo imposible, supongo. He oído que gente cruza del bosque a Portland... Pero no sé de muchos casos donde sucede al revés.― afirmé pensativa, aferrando un poco mis manos a mi vestido. ¡Qué curiosidad tenía! Qué ganas de marcharme y ver qué había más allá, mi imaginación era mucha pero deseaba que fuera superada, aunque para eso tendría que marcharme primero... ― Capadoccia...― mencioné en voz baja mientras la observaba. Ese apellido sonaba mucho en mi casa y además lo había escuchado en alguna fiesta del consejo. Quizá Helmunt Capadoccia, el científico. Sí, quizá ella era su hija y además conocía a su hermano por comentarios de mi hermana Megan, ambos trabajaban juntos como reguladores. ― Será el secreto de ambas. Creo conocer a tu familia, y si estoy en lo correcto, deben ser igual de estrictos que la mía.― le dije sonriendo, sin ninguna preocupación ya. Observé hacia arriba y le ofrecí caminar para hablar, lejos de las torres de vigilancia. Ya me estaban poniendo nerviosa que observaran todo el tiempo como si quisiéramos robar o cruzar. No lo haríamos, al menos no lo primero. Y lo segundo tampoco, por ahora.
Gwen E. Monaghan- Mensajes : 227
Fecha de inscripción : 21/08/2012
Edad : 32
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Mar 05, 2014 3:15 pm por Delirium
» Directorio Looking For You
Vie Feb 07, 2014 8:46 pm por Invitado
» The Fairy Tale Land se Afilia
Mar Mar 19, 2013 9:22 pm por Invitado
» AG. Afiliaciones || Servicio de Afiliacion
Sáb Mar 16, 2013 9:27 am por Invitado
» Inferio RPG ~ Afiliación Elite {Nuevos Botones y Nuevo Dominio}
Jue Mar 07, 2013 8:26 pm por Invitado
» Live in the Edge || Afiliación Élite
Dom Feb 03, 2013 4:49 pm por Invitado
» Tumblr. promocional de Memento Mori (normal)
Jue Ene 31, 2013 10:25 am por Invitado
» Golden Eyes Revelaciones {Vampiros RPG +18} || Cambio de Botón || Afiliación Elite
Mar Ene 29, 2013 9:32 pm por Invitado
» Élite: Once Upon A Time {Cambio de botón}
Dom Ene 13, 2013 2:44 pm por Invitado