Acumulando provisiones (Seth O. Sanders)

Estaba amaneciendo y ya la cama se me hacia grande, me estorbaba todo y los ronquidos de mi padre no me dejaban dormir más. Me levante y decidir hacer algo interesante, me coloque unos deportes con un chándal y salí a correr, colocándome el mp3 que me había encontrado en una de las escapadas a la ciudad, tenía música muy antigua pero me era útil pues estaba muy aislada de todo lo que ocurría en la ciudad y a menos que no robara un portátil e intentara colarme en la ciudad para robar el wifi no había manera de meter música.

Hacía mucho tiempo que no salía a correr y me estaba mal acostumbrando, en el camino vi que había muchos animales aprovechando que aun no había llegado el frío habría que cazar para guardar provisiones para mas adelante, después de una hora de correr intensamente, me decidí dar un baño en el lago, y así lavarme estaba preparada para todo eso, siempre fue mas cómodo en la ciudad ya que existia el agua corriente pero aquí no había preferencias y en invierno si tenias suerte te ibas a la ciudad destruida y te metías en una de las bañeras calentando agua como los medievales, esta era una de las partes que odiaba de vivir fuera de la ciudad pero yo no conocía otra cosa. Allí me había criado y así seria para siempre.

Salí del lago y me vestí con otra ropa que llevaba en la mochila, una de las cosas que caracterizaban era la capacidad que tenia para anticiparme a los echos. A veces me equivocaba tampoco soy perfecta. Cepillandome el pelo volvía a casa de manera tranquila ya estaba amaneciendo y los inválidos empezaban a despertar, todos hambrientos, me senté a comer algo rápido y cogiendo mi arco salí a cazar. Preferiría que me acompañara Nicolás pero parecía que tenía cosas mejor que hacer ayudando a las chicas nuevas que habían escapado de la ciudad y ellas les miraban como si él fuera un Dios bajado para ayudarlas en especial y mi querido hermano también se mostraba muy caritativo en ese aspecto. Había visto ya demasiado esa mañana y me irritaba ya las voces de las chicas pelando por llamar la atención de Samuel y Nicolás y ellos parecían encantados de la muerte. Nicolás paso la vista sobre mi y lo mate con la mirada volviendo la cabeza y preparando la mochila de caza. Entonces se acerco a mi y con él tres chicas como perritos faldero cosa que me irrito mas aun ¿A caso no podía tener intimidad con mi mejor amigo o que?. Aparte su mano de mi hombro y me aleje del lugar, no tenia ni la menor ganas de discutir con el y menos delante de las pijas esas. Me mire en un espejo que recupere de la ciudad y me trence el pelo rápidamente. Luego me dirigí al bosque y me dispuse a cazar.

Un ciervo se cruzo por mi camino-mal echo amigo- dije sin piedad y lance la primer flecha dejandolo así inmovilizado me acerque a el y le corte la yugula intentando lo menos posible mancharme las manos. Lo malo que tenia el matar a un ciervo era el transporte de este, podía cargarlo con facilidad pero tendría que restringirme de cazar muchas mas presas. Mire al cielo y lance una piedra hacía un árbol haciendo así volar a las aves que allí se allaban, lance un par de flechas y una dio en el blanco haciendo que este cayera en picado hacia el suelo. Sonreí satisfecha pues era un ganso aun no habían emigrado hacia un lugar mas cálido, el ganso era uno de los pocos manjares que mas me gustaban. Dejando el ganso con el cervatillo anterior mente matado mira a mi alrededor y recupere las flechas perdidas hasta que escuché un sonido que hizo que me pusiera alerta. Me escondí tras un árbol y prepare una flecha para el ataque.

La noche había sido... interesante, suponía. Pero había llegado el momento de volver a casa y prepararme para el temporal de gritos que me iba a caer por parte de mis padres, al menos esta vez podían estar tranquilos, no me había metido en la ciudad para la "temeridad", como le llamaba mi madre, de dejarle algún mensaje a Kaleb para que se acordara de que todavía existíamos y asegurarle de que estábamos bien. No me había contestado pero conocía a mi hermano, sabía que esas cosas significaban mucho para él.

Miré al cielo, estaba amaneciendo, y sabía que si echaba a correr podía llegar a casa antes de que mis padres me echaran en falta, pero no tenía ganas, me había tirado toda la noche por el bosque, no tenía ganas de seguir corriendo y disfrutar del paisaje por una vez no me vendría mal, teniendo en cuenta que en un par de días me iría a la ciudad, quisiera o no el mundo en general, y dejaría de verlo en una buena temporada.

Lo que yo no sabía era que mis piernas se habían malacostumbrado a echar a correr de motu propio cuando notaban las hojas caídas de los árboles crujir bajo ellas y cuando me quise dar cuenta estaba esquivando plantas y ramas a saltos otra vez, correr me despejaba la mente y me abría las ideas hasta que los saltos salían de manera automática, pero entonces una bandada de gansos salidos de ninguna parte, descerebrados y chillando como todos los gansos, me distrajo y tuve el tiempo justo de darme cuenta del tronco caído en medio de mi camino. Dí dos pasos más decididos que los que llevaba dando hasta ese momento, gracias reflejos por ser más rápidos que yo, y cerré los puños a la vez que movía los brazos para coger impulso y poder saltar el tronco dando la vuelta en el aire dejando la espalda abajo y los pies por encima del resto de mi cuerpo, apoyé los pies en el suelo al aterrizar y me quedé con una rodilla en el suelo y entonces lo oí, pasos, no sabía hacia donde, ni sabía porqué, pero se me encendieron todas las alarmas, probablemente no fuera nada, pero había que ir con cuidado.

Giré la cabeza, mirando a mis alrededores y vi a lo lejos un par de piezas de caza, así que debía de ser eso, un par de cazadores, por el tamaño de la presa debían ser al menos dos, debían de estar en los alrededores, y si eran cazadores llevarían armas y si llevaban armas yo no quería asustarlos porque tenía planeado irme y no quería que una flecha atravesándome una pierna le diera razones a mi madre de que me quedara en Tierra Salvaje. Me acerqué a la zona donde estaban los dos animales muertos, un animal muy grande y algo que parecía uno de lso gansos chillones, así que eso debía haberlos asustado y había provocado que casi desyunara un tronco de árbol por su culpa.

Los pasos se fueron apagando pero cada vez mas cerca, saque la cabeza del árbol lentamente para mira pero aun no veía nada, tenía que andarme con cuidado pues según mi padre los carroñeros no eran de fiar y no tenia ninguna gana de toparme con ninguno pues tendría pelea asegurada y fijo que por las provisiones ya cazadas. Estaba cansada ya de ellos era una continua pelea y así todos los días. Muchos inválidos llegaban al campamento con heridas de gravedad debido a la lucha contra ellos, eran muy agresivos y con la sangre tan fría que eran capaz de matar por cualquier chorrada.

Suspire pegando la espalda al árbol, mi madre solía hablar muy mal de ellos pero había que admitir que estábamos todos en el mismo bando, tanto ellos como nosotros luchábamos por la libertad del pueblo pero a veces me pregunto ¿Se le ha preguntado al pueblo que es lo que quieren ellos?. Democracia deberíamos de pedir que el pueblo decida si vivir sin sentimientos o con ellos. Tal vez a algunos no les gusta enamorarse la verdad es que yo tampoco luchaba por lo sentimientos luchaba mas por la libertad de expresión que puedan salir, leer o escuchar lo que ellos quieran. Centrándome de nuevo en lo que estaba sucediendo a mi espalda pues los pasos ya no sonaban pero notaba la presencia de alguien pues los pájaros no cantaban.

Mire de nuevo y sin soltar el arco y la posición de la flecha, era una buena cazadora y tenia buena puntería. Cuando mire vi que era un chico, moreno, alto no creo que mayor que yo, pero el chico cometía un fallo, estaba demasiado cerca de mis presas. Tense la mandíbula pensando en que podía ser un carroñero queriendo despojarme de mis presas, comida con la que alimentaria a medio campamento hoy y no lo iba a consentir salí de detrás del árbol y me coloque frente a el- Yo que tu no tocaba eso- dije con el arco en alto y la flecha tensada lista para lanzar- Quien eres? y ya te puede ir alejando de mis presas- dije muy segura de mi misma. Eso si una cosa tenia segura a mala leche no me ganaba nadie y entre lo de esta mañana con Nicolás y lo que estaba sucediendo ahora tenia la furia a flor de piel. Mis pupilas estaban dilatada, el cuerpo me temblaba y la sangré corría viciosa por mis venas. No pensaba hacerle daño pero si decidía tocar mis cosas una que otra paliza se iba a llevar. Tal vez la paliza que yo me llevara iba a ser mas grande ya que la fuerza que tiene un chico no la tenia yo pero quieta no me quedaría y tenia la ventaja de estar armada, si no servia el arco tenia la navaja en la cintura.

Seguí acercándome a los dos animales muertos en el suelo del bosque, uno era, efectivamente, un ganso y el otro era un ciervo - Pobre Bambi - pensé para mí mismo y entonces de en medio de los árboles salió una chica con el arco en alto y apuntándome directamente con la flecha que llevaba cargada. La miré fijamente y me metí las manos en los bolsillos, ladeando la cabeza ligeramente e hice lo que me dijo, aunque no me alejé demasiado, lo justo para que no le temblaran las manos y se le escapara el palito afilado ese que llevaba en el arco, de todas formas en mi casa no necesitábamos ir por ahí robándole la comida a los demás "salvajes".

Escaneé el resto de los árboles por si aparecía el otro cazador pero mis conclusiones anteriores parecieron erróneas, una chica con un arco apuntando a su "asaltante", aunque no lo fuera, no podía tener la expresión de miedo que tenía ella y tener un compañero, aunque también era cierto que el supuesto compañero podría estar más alejado... Bueno daba igual - Robin - le contesté sin más - Y no tengo la más mínima necesidad de robarte nada, así que puedes dejar de apuntarme con eso antes de que te hagas daño, o algo peor, que me lo hagas a mí - volví a mirar las presas - ¿Has cazado esto tú sola o me voy a tener que preocupar de que alguien más me apunte con una flecha? - me giré, mirando a mi alrededor por si se me acercaba alguien más.

Mire al chico fijamente y volví a tensar la mandibula, lo escuche con atención Robin según el decía que se llamaba, muchos de los Inválidos se habían cambiado de nombre al llegar a la ciudad, yo nunca tuve nada que ocultar y me gustaba mi nombre. Aun no estaba segura si debía de bajar la guardia pues no conocía al chico de nada- De donde vienes?- dije relajando un poco mi brazo y dejando de tensar la cuerda. Baje el arco y guarde la flecha en el portador, en el fondo era una blanda por lo que me había llevado muchísimas bronca por parte de mi padre a la hora de el entrenamiento personal. El cual me tocaba dentro de muy poco pero que hoy me iba a saltar, pues lo que menos tenia ganas es de ponerme a esquivar golpe y hacer llaves.

El chico miraba hacia todos lados como buscando algo, fui directa a mis presas el chico ya había confesado que no tenia la intención de robarme nada, saque la flecha del cervatillo ya que con lo sucedido no me había dado tiempo a recogerla cogí una hoja caída en el suelo y le limpie la punta antes de guardarla. Levante la vista hasta el chico que seguía como buscando algo, fruncí el ceño levemente y mire de lado al chico- ¿Que buscas?- dije mirándole estaña y volví mi vista a mis laterales- ¿Crees que no soy capaz de cazar esto yo sola?- dije sintiéndome ofendida un poco- Pues tienes razón yo que tu cubría tu espalda- dije sin mas y me mordí el labio inferior evitando no reírme.

Me relajé por dentro cuando dejó de apuntarme con el arco, menuda noche de chicas arqueras había llevado, pero no cambié en ningún momento mi postura - De correr - le contesté sin más, dejando de buscar a mi alrededor - Y no creo que no puedas cazar algo tan grande, cualquier con un arco, una flecha y puntería podría cazarlo, no hace falta ser fuerte para cazar a distancia, el problema es transportarlo, por eso he supuesto que no estarás tú sola. Pero tu postura tensa me confundió... simplemente - algún día me iba a perder la bocaza y si quería pasar desapercibido en la ciudad iba a tener que controlarme o entonces sí sería mi perdición, pero todavía no estaba en la ciudad así que - Pero si no estás sola, entonces... - me giré hacia el árbol que tenía a la espalda y que me quedaba más cerca y tenía una buena estructura para trepar. Apoyé un pie en el tronco y me impulsé hasta coger la rama más baja con las dos manos, tiré de mi cuerpo hasta que pude apoyar los pies en la rama y repetí el proceso con la rama de arriba y en 5 segundos estaba metido de lleno en los espeso del árbol, miré hacia donde se había quedado ella en el suelo desde una de las ramas - Te haré caso y me cubriré las espaldas. ¿Sabes? Casi me como un tronco de árbol cuando asustaste a los gansos antes. - igual que me había caído en el cementerio aquella noche, no ganaba para sustos.

Le escuche con la ceja derecha levemente levantada y asintiendo de vez en cuando- Claro pero siempre depende de como quieras transportarlo yo por ejemplo lo arrastro haciendo algún que otro descanso por el camino ya que lo que se da provecho es la carne de dentro algunos aprovechan también la piel pero a mi no me hace falta- sonreí y le vi que dejo de mirar hacia los lados para subirse al árbol, el chico escalaba realmente bien yo a mi dificultad no sabia hacer eso, aunque era totalmente silenciosa al andar por el bosque para no ahuyentar a las presas reí un poco y mire hacia arriba- Chico era broma estoy sola mis compañeros están muy ocupados con las nuevas chicas que escapan de la ciudad puedes estar completamente tranquilo que nadie te volverá a apuntar al menos que te portes mal y sea yo nuevamente la que te apunte- sonreí y me senté bajo el árbol- bueno aunque si quieres quedarte ahí por mi bien, tampoco tengo ganas de volver a casa- dije limpiando bien mis armas y dejándola aun lado. Mire hacia arriba y sonreí-¿ vives en la ciudad bombardeada?- dije con la intención de mantener una conversación aunque no sabia si eso era lo que quería el chico mantener una conversación con una desconocida. Escuche un ruido a lo lejos y volví mi vista hacia el sonido de repente de entre los arbusto salio un jabalí bastante furioso, los jabalíes furiosos eran bastante peligrosos, me miro como objetivo y me levante lo mas rápido que pude mire al animas- Tranquilo- pero este no parecía tranquilizarse mire al chico con cara de circunstancia y me agarre de la primera rama del árbol pero me costaba subirme.