who is gonna save you when I’m gone | Mikh

Nuevamente mis barreras se habían desmoronado por culpa de otra espantosa pesadilla, notaba como todas las emociones que había intentado mantener al margen durante todo este tiempo salían a la superficie de repente. La penumbra me rodeaba e imposibilitaba que alguien mas pudiera observar como las cristalinas lágrimas se deslizaban por mis mejillas mientras una extraña sensación de ahogo me carcomía por dentro, apenas podía respirar con normalidad y para colmo de males mi garganta estaba seca a causa de los gritos que habían escapado de ella sin que fuera plenamente consciente. Una sola palabra había sido pronunciada una y otra ves mientras me removía sobre un viejo colchón, solo seis letras, pero cada una de ellas estaba cargada de un significado que no podía olvidar. Velkan.
Algunos inválidos habían intentado convencerme de que el ya no estaba con vida pero aun no estaba lista para aceptarlo y quizás por eso mismo la incertidumbre continuaba torturándome. De lo que sí estaba completamente segura era de que algo malo había sucedido y por ese motivo nunca había vuelto por mí, rompió su promesa al dejarme herida en el medio de la nada..
“Olvídate de eso Kiara, ya no puedes volver el tiempo atrás” Susurro una vocecilla dentro de mi mente y por primera vez en toda la semana le di la razón entretanto me erguía para salir, sigilosamente, de la habitación ya que era hora de abandonar el drama y ponerme a hacer cosas productivas para mejorar la “estadía” de los demás y la mía en tierra salvaje, estabamos escasos de provisiones y al haber hambre las cosas se ponían sumamente difíciles en la convivencia, nadie podía pensar con claridad y cualquier comentario era motivo de discusión o reproche.

Al traspasar el umbral de la puerta me limpie la cara con ambas manos, no me apetecía que comenzaran a hacerme preguntas sobre mi estado de animo, solo necesitaba un poco de aire fresco y..tranquilidad, aunque era prácticamente imposible conseguirla aquí porque cuando bajabas la guardia y creías que nada malo podía suceder pasaba lo contrario, alguien moría en alguna abrupta emboscada provocada por los miembros del consejo o contraía una enfermedad y en pocos días su cuerpo se marchitaba. Una imagen de la ultima tumba que cavamos con Sidney me vino a la cabeza y apreté los músculos de mi mandíbula para no soltar una maldición, cada perdida me afectaba como si se hubiera ido con ellos una parte de mi también, realmente me había encariñado con estas personas..eran mi familia ahora y no podía evitar sentirme culpable por no ser capaz de evitarlo..

Lo cerca que ha estado, lo cerca que han estado. Todavía el corazón de Mikhail latía con fuerza pese a que ya estaban muy lejos de la frontera, muy lejos de la zona valla, internado en Tierra Salvaje. Solo había ido un par de veces antes allí, siempre planeado con tiempo y con seguridad, pero aquel día no fue así, aquella noche no solo estaba excitado por haber salido a tierra salvaje si no porque casi les pillan a él ya otros inválidos. Andaba mucho más lento que ellos, sin estar acostumbrado ha andar en el bosque, entre las raíces y ramas tiradas en el suelo, por lo que muchas veces le tenían que esperar, aun que realmente no estaba seguro de a donde iba y que iba ha hacer. Al anochecer se encontró con varios inválidos que iban a cruzar la verja. Les había visto de pura casualidad; al ser un curado podía estar más tiempo en la calle y al ser del consejo tenía un poco de privilegios. Le costó un poco reconocerlos, pero cuando lo hizo se asustó. No sabía que hacían allí y temió por ellos, porque les descubrieran y les mataran, a si que se fue a ayudarles. Les llevó por donde él se había cruzado a tierra salvaje antes, pese a ponerse en riesgo, a que descubrieran la verdad de su cura fallida y de la ayuda que prestaba a los inválidos. No lo pensó demasiado, solo actuó y terminó saltando con los demás por un motivo u otro; creyó escuchar a alguien cerca y no se atrevió a comprobar quien era, también quería ir desde hacía un tiempo, como si esa triera fuera una droga y necesitara comprobar porque luchaba y mentía. Se le pudieron pasar mil razones o ninguna, daba igual, la cuestión era que allí estaba, dando pasos cuidadosos y tropezándose de vez en cuando.

Los demás iban un poco separados, esperándole y guiándole, pero el moreno no llegaba a integrarse. Parecía un curado realmente; llevaba tanto tiempo con aquella mentira, aquella mascara que ahora parecía acostumbrado a mantener silencio y a estar serio. También entendía a los demás, por mucho que el moreno no estuviera curado vivía al otro lado y les daba miedo confiar en él, por lo que no hablaban de cosas muy importantes en su presencia, aun que él procuraba informarles de todo lo que pasaba en el consejo. Poco a poco fue reconociendo el lugar por donde iba, por allí ya había estado y eso le tranquilizo, ya sabía donde estaba sabía que camino coger para ir con los inválidos o para regresar a lo que era supuestamente su casa.

El llegar al territorio de los inválidos se sorprendió; era cierto que el siempre que había dio era a altas horas de la mañana y había estado una o dos horas allí y siempre en una de las “casas” pero aquel día le parecía que había muchas más gente. Todo el mundo le miraba como siempre hacían, muchos con miedo al no recocerle y verle tan impecable, tan diferente a ellos. Mik giró para intentar encontrar alguna cara conocida más, pero la cara que vio no se lo esperaba. - ¿Kiara?- Dijo en un susurro, ya que la voz no le salía. No podía ser cierto, su hermana al fin. No se atrevió a moverse, no sabía que más decir. Tantas noches en la cama pensando en contar a su hermana y ahora que la tenía delante no se atrevía a moverse como si tuviera miedo a que desapareciera y se diera cuenta que no era real.